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Natividad Jiménez cumple cien años en Boós

Natividad Jiménez cumple cien años en Boós

Actualizado 10/04/2023 16:55

De carácter alegre, vive ahora entre su localidad natal y Móstoles (Madrid).

Hoy lunes está siendo el gran día de Natividad Jiménez Sanz, ya que celebra sus 100 años de vida. Una conmemoración celebrada en Boós, por todo lo alto, con reconocimiento provincial y local, en su pueblo natal

El diputado Enrique Rubio ha hecho entrega de la placa conmemorativa y el acta con la fecha de nacimiento de la centenaria, en un acto coordinado por los CEAS de la Diputación de Soria. Por parte municipal ha asistido María Teresa Pérez, alcaldesa de Valdenebro, localidad a la que pertenece Boós.

La vida de Natividad

Nació en Boós el 10 de abril de 1923, hija de Vicenta Sanz García y Restituto Jiménez Maqueda. El 27 de junio de 1949 se casó con Luciano Berlanga Hernández, natural de Gormaz, estuvieron 67 años juntos, compartiendo su vida hasta que él falleció en 2016.

Tiene seis hijos, cinco nietos y cinco biznietos con los que siempre ha compartido y sigue compartiendo charlas, experiencias, momentos, juegos, canciones, risas y por encima de todo, “dándonos su amor incondicional”, desvelan en su familia.

Ha tenido una vida muy dura con mucho trabajo y sacrificio, primero ayudando a sus padres, tanto en el campo, como ejerciendo labores de pastoreo y, una vez casada, todavía más, ya que su marido enfermó siendo muy joven, por lo que ha sido un pilar fundamental para su propia familia. Pese a ello, siempre ha estado ahí, pendiente de los suyos y también cercana, de manera desinteresada a amigos y vecinos, con su alegría y su energía.

Uno de sus entretenimientos, junto con su marido, como con sus hijos y nietos, han sido sus paseos por el monte de los cuales siempre traía unos tronquitos de estepa, o bien de roble, o una bolsa de piñas y en época otoñal, los níscalos de los que disfrutamos todos.

Le gusta mucho jugar a las cartas, en especial a la brisca, de ahí su colección de trofeos ganados en la fiesta del pueblo, y, cuando era joven, a los bolos y bailar la jota.

En los cumpleaños, y en fechas señaladas, siempre cocina rosquillos, ahora con ayuda, ya que es uno de sus dulces que más agradan a su descendencia. A sus nietos les encanta sus pechugas empanadas que según ellos son las mejores del mundo.

Gracias a su gran fortaleza ha superado con éxito, tanto la pandemia como una intervención de cadera en el 2021, teniendo una rápida recuperación. Actualmente pasa los inviernos en Móstoles (Madrid) y los veranos en Boós compartiendo la compañía de sus hijos y de sus nietos que acuden a visitarla.

El acto de hoy, que ha albergado una eucaristía en la parroquia, ha culminado con una lectura por parte de la familia en la que ha sido recordada la trayectoria vital de la homenajeada.

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