El texto legal obliga al Ayuntamiento del municipio soriano a retirar el apellido De Yagüe de su topónimo. Por su parte, los vecinos recuerdan "todo lo que se logró gracias a sus influencias" y piden "trabajar en mantener población para que el pueblo no pierda los servicios que tanto nos costó conseguir".
Unas pintadas afectan desde hace días a varios de los carteles más significativos de San Leonardo de Yagüe, los que dan la bienvenida y despiden a los que visitan la localidad. Todo apunta a que alguien ha decidido tomarse la justicia por su mano y cumplir, de una forma nada ortodoxa, con la Ley de Memoria Democrática suprimiendo el apellido que hace referencia al general franquista Juan Yagüe, conocido como el 'Carnicero de Badajoz'.
Nada justifica el atacar elementos públicos, pero sorprende la llamada de atención sobre un asunto que, una vez tras otra, se aplaza pretendiendo quizá relegarlo de la agenda mediática para que nada altere la situación actual.
Desde el 20 de octubre de 2022 la Ley de Memoria Democrática (que sustituye a la Ley de Memoria Histórica anterior) obliga a San Leonardo y a todos los municipios con referencias franquistas a eliminar estas para "preservar y mantener la memoria de las víctimas de la Guerra y la dictadura". Son los plenos de los Ayuntamientos los que deben decididir cómo cumplir con este mandato, pero en el Consistorio pinariego no ha habido ningún movimiento al respecto y su alcaldesa, Belinda Peñalba, preguntada por este medio, evita realizar declaraciones al respecto.
El apellido De Yagüe lleva años bajo el foco en San Leonardo. La referencia de su topónimo al general y ministro franquista, homenaje al que se considera como un vecino ilustre e impulsor de su desarrollo, ha sido cuestionada en multitud de ocasiones, llegando incluso hasta los tribunales.
El debate sobre cómo suprimir este apellido es casi un punto habitual en el orden del día de los plenos del Consistorio sanleonardino, pero la decisión firme al respecto se ha aplazado una vez tras otra en ausencia de un ente superior que presionase con determinación. Ni el Gobierno de turno ni la Justicia se han servido de sus armas para acabar con la basta lista de referencias a Juan Yagüe en el municipio.
Tampoco han servido las denuncias de terceros. Por ejemplo, el juzgado de lo contencioso administrativo de Soria desestimó en 2016 la denuncia del abogado Eduardo Ranz por incumplir la Ley de la Memoria Histórica.
De esta forma se ha llegado a 2023, 6 meses después de la aprobación del nuevo texto legal, sin que se haya producido ningún avance hacia lo que debería ser una obligación para todos los españoles.
La anterior ley de Memoria Histórica no contemplaba ningún tipo de protocolo o sanción para quien incumpliese, pero la ley de Memoria Democrática incluye multas y sanciones accesorias (la imposibilidad de recibir subvenciones en caso en caso de infracción muy grave, por ejemplo).
Todavía en 2022, la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, aseguró ayer la Ley de la Memoria Democrática "se cumplirá en Soria, en Castilla y León y en todo el territorio" porque "no hay otra alternativa en otro estado social y democrático de derecho que el cumplimiento de la ley".
Fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Soria insisten a día de hoy en que continúa abierto el plazo "prudencial" para que el Ayuntamiento de San Leonardo decida al respecto, porque la normativa no prevé tiempos concretos. No obstante, recuerdan que "cualquier tercero que considere que sus derechos han sido vulnerados pueden recurrir a la justicia, sin olvidar que la Fiscalía puede actuar de oficio en cualquier momento".
Soria Noticias se ha desplazado hasta el municipio y, tras un paseo y varias paradas en establecimientos comerciales y hosteleros, en sus calles se comprueba es que la mayoría de los vecinos, o por lo menos aquellos que están dispuestos a dar su opinión en público, rechazan cambiar el nombre. Lo hacen, en un 99%, sin aspavientos y alejados de radicalismos. Justifican su respuesta en "todo aquello que hizo por el pueblo".
Recuerdan que "servicios tan necesarios como la acometida de aguas se hicieron realidad gracias a sus influencias". Además, la localidad pasó a disfrutar de ciertos lujos impensables para otros pueblos de sus características. "San Leonardo tuvo piscinas y cine mucho antes que el resto gracias a él", afirma la responsable de una céntrica carnicería. Un paisano se une a la conversación y añade a la lista "la barriada, las escuelas, el ambulatorio y el cuartel de la Guardia Civil".
Aparece quien se acuerda de sus gónadas para argumentar el por qué San Leonardo debe conservar su apellido, pero la voz general pide "enterrar el hacha de guerra y centrarse en lo verdaderamente importante, que es mantener la población para que el pueblo no pierda los servicios que tanto le costó conseguir".
Se muestran todos conscientes de que "tarde o temprano San Leonardo será solo eso, a secas" porque "sabemos que puede acabar costando más el collar que el perro si llegan las multas al Ayuntamiento". Se les intuye resignados y, sobre todo, cansados de tantos años de polémica.