Crónica de un Nombramiento sin 'pleno' ni voluntarios

Soria nombró ayer a sus jurados para las Fiestas de San Juan de 2023 en un emotivo acto que abarrotó el Palacio de la Audiencia. Tocaba agradecer, como ciudad, a todos los que este año han dado un paso al frente para asumir las alcaldías de sus barrios y tomar el testigo de los que el año pasado fueron apodados como 'héroes sanjuaneros' por sacar adelante las fiestas más esperadas de la historia. Tras dos años de pandemia y con la incertidumbre de si las fiestas se iban a poder desarrollar o no con normalidad, muchos parecían reticentes a cargar con la responsabilidad de ser jurados, pero no fue así para todos.

En 2022, 24 'valientes' se presentaron en el Nombramiento y un año después, acudieron a pasar el testigo. Susana Pérez, quien ejerció como jurada de La Mayor el año pasado, pronunció un emotivo discurso en representación de todos los que 'cumplieron' en los primeros Sanjuanes después de la pandemia. Pérez echó la vista atrás para recordar el "temor a la suspensión de actos festivos" y la alta carga emotiva de todos estos días, cuando tocaba compaginar la euforia por poder festejar dos años después, con el doloroso recuerdo de "aquellos que nos dejaron". Agradeció a todos aquellos que "nos dieron ánimos para hacer realidad nuestro sueño sanjuanero". Pero no todo fue emoción, esta jurada también se acordó de reivindicar la importancia de que sorianos y negocios 'entren en fiestas', ya que "la idiosincrasia y sentido de nuestras fiestas es la participación vecinal".

Tras desear suerte y 'salud para cumplir' a los jurados entrantes, era el turno de estos de presentarse ante los sorianos a través de las palabras de María Ángeles Morales, jurada de San Esteban este 2023. Lo primero, agradecer a sus predecesores por encargarse de sacar adelante los sanjuanes "más inciertos que se recuerdan". Entrar en fiestas, para Morales, es "participar de esta centenaria tradición", para que "niños y niñas de hoy, presuman mañana de este gran patrimonio cultural".

Pero la estampa que lucía el escenario de La Audiencia era distinta a la de otros años, con dos sillas vacías que, escondidas a simple vista entre todos los jurados, generaban un ruidoso silencio que recordaba que un barrio sigue sin tener jurados. Santa Catalina no logra encontrar pareja, a pesar de los intentos del alcalde de la capital de descubrir voluntarios entre los presentes en el Teatro. Carlos Martínez Mínguez se remontó 140 años atrás en el tiempo, a cuando la ciudad se enfrentó a este mismo problema, pero nada terminó de calar entre el público. "Hoy somos 11, lamentablemente, trabajamos por ser 12 el día del Catapán", clamaba el alcalde, pero de los murmullos que inundaron la Audiencia no salía ningún voluntario. Ni salió.

Ayer 11 diplomas fueron entregados, 11 parejas de jurados se comprometieron a cumplir, pero son 12 las cuadrillas que los necesitan. Aunque la euforia fue la emoción que dominó la noche, parece imposible no recordar que, si todo sigue así durante los próximos 7 días, Santa Catalina se quedará sin fiestas. Si los voluntarios no llegan antes del Catapán, el barrio no verá abrirse las puertas de su Cuadrilla en una dolorosa forma de recordar que no hay San Juan sin jurados.