Previa SN 28M | Ágreda: La residencia para cambiarlo todo

En las pasadas elecciones, la derecha no sumó en Ágreda los votos suficientes para destronar a Jesús Manuel Alonso, líder de un proyecto en la Alcaldía que comenzó a construir hace 16 años. Enteramente dedicado a su trabajo, es de esos que ríen cuando son preguntados por su tiempo libre, ya que “es un concepto que casi no está en mi agenda”. Alcalde y senador, Alonso quiere “devolver” a su pueblo “todo lo que me ha permitido crecer como persona, profesionalmente y como gestor político”.

Para tratar de acabar con casi dos décadas de dominio de la izquierda, el PP ha apostado por José Luis Campos, un agredeño veterano que “quiere estar al servicio de su pueblo”, después de que su carrera en el mundo de los seguros le obligara a instalarse en grandes ciudades. Aunque ya entró en listas en los pasados comicios, el escaso apoyo que recibieron los populares en las urnas no le dejó estrenarse en política. Este año, la integración de la PPSO augura al PP varios concejales, pero la entrada de Vox, liderado por Néstor Palacios, en el panorama político, podría dividir de nuevo los votos de la derecha.

Influencias

El juego político, reconocen ambos candidatos, importa, aunque para uno los colores entran en juego más que para el otro. Campos considera que su pertenencia al PP puede “darnos ventaja” para sacar adelante asuntos tan pospuestos como el Parque Natural del Moncayo. Alonso cree que es más una cuestión de posición que de “hacer bandera de ideas”. Asegura representar “a todo el mundo”, ser “atrevido” y “hablar con cualquiera para exigir ayudas y reivindicaciones para Soria y mi pueblo”. Tanto es así, que no cierra ninguna puerta de tener que pactar para gobernar. En un Ayuntamiento, defiende, “no debe haber partidos políticos, sino personas”.

Gestión

Socialista y popular se diferencian en más cosas, aparte de en su forma de entender la política. Para el actual regidor, la solución al problema de vivienda es impulsar proyectos de nueva construcción gracias a ayudas del Gobierno central. Para el alcaldable de la formación azul, las ayudas tendrían que provenir del propio Consistorio y dirigirse a aquellos que se embarquen en la aventura de rehabilitar un inmueble antiguo del casco urbano.

El actual alcalde se enorgullece de haber convertido Ágreda en el pueblo de España que ha conseguido más ayudas del 1% y el 1,5% Cultural para la rehabilitación de monumentos, como la iglesia de Santa María de Yanguas. Tampoco olvida mencionar la apuesta de la corporación que dirige por “potenciar la expansión de la imagen de la Virgen de los Milagros”. Pero Campos considera que falta promoción turística. “No vendemos lo que tenemos”, lamenta, y añade que se necesita mejor señalización, alojamiento o “tiendas de souvenirs”.

El popular cree que faltan ideas para captar empresas que puedan relacionarse con el tejido industrial ya existente, y el socialista recalca que el actual equipo de gobierno apoya a las empresas instaladas o interesadas, facilitando “contactos” y “trámites”.

Polémica

La batalla electoral en Ágreda no va a estar exenta de controversia. Campos afea a su rival político que no esté tan pendiente de Ágreda porque “aparte de la Alcaldía, tiene otras ocupaciones en Madrid”. Al socialista le “sorprende” esta crítica, y opina que su sillón en el Senado le ha permitido estar cerca de los “órganos de decisión” y concurrir a todo tipo de subvenciones.

Pero es otra polémica la que parece marcar esta campaña. Benito Serrano, presidente de la Diputación -y también del PP- de Soria, se comprometió en la presentación de Campos como alcaldable, a petición de este, a reabrir la residencia de Sor María Jesús. El popular pasó así a blandir esta propuesta como base de su candidatura, y Alonso lamenta las posibles intenciones “populistas” de esta afirmación. El socialista recuerda que es una reivindicación desoída a pesar de los intentos del Ayuntamiento y que, para disipar especulaciones, Serrano debería haberse comprometido formalmente antes de que comenzara la campaña. No ha sido así y, aunque para ambos candidatos es algo “primordial”, parece que incluirla en el programa puede ser una decisión temeraria. Eso, o que sí sea cuestión de colores.