Elena Ayuso cumple el siglo en Almazán
Una imagen del homenaje en Almazán. /Dip.
Conserva una mente privilegiada y mantiene una autonomía que le permite salir de la residencia sin problemas.
Elena Ayuso Galgo ha celebrado en la residencia Nuestra Señora de Guadalupe, en Almazán, sus cien años de existencia. Una celebración donde ha estado los diputados provinciales Eva Muñoz y José Antonio de Miguel Nieto. La centenaria, que vive en este centro hace ya seis años, ha recibido por parte de la Diputación una placa conmemorativa y una copia del acta con la fecha de nacimiento, obsequios certifican que ya puede presumir de tener tres cifras en su edad. Asimismo, el Ayuntamiento ha hecho entrega de un ramo de flores y un recuerdo emblemático de la villa, en la que ha vivido gran parte de su vida. Tampoco han faltado los familiares, compañeros y compañeras de residencia y trabajadores.
Elena nació en Berlanga de Duero el 22 de mayo de 1923, la mayor de nueve hermanos, todos ya fallecidos
De muy pequeña se vio obligada a trabajar en casa, cuidando sobre todo a sus hermanos y realizar las tareas que le encomendaban dentro del hogar. Cuenta que estas obligaciones le impidieron asistir a la escuela.
Con 16 años se trasladó a vivir a Almazán para trabajar como empleada doméstica, y continuar realizando tareas no muy diferentes a las que había venido desarrollando en su casa, si bien en su empleo ahora se ocupaba del cuidado de un buen número de niños pertenecientes a las familias para las que trabajó.
Recuerda su trabajo en el Palacio de los Hurtado de Mendoza durante 12 años ininterrumpidos para una de las familias propietarias del mismo, un empleo en el que se sintió cómoda y a gusto.
Este destino laboral concluyó al contraer matrimonio a los 24 años, para ya dedicarse al cuidado de su familia. Tuvo cino hijos de los que ya sólo viven dos, y su descendencia se continúa con cuatro nietos. Enviudó hace más de treinta años.
Su existencia ha trascurrido prácticamente en su mayoría en Almazán, siendo que ahora, también en la localidad, mantiene una mente privilegiada y una buena salud que le permite todavía desenvolverse con autonomía tanto dentro como fuera de la residencia.