5 profesionales podrán ofrecer un servicio integral y multidisciplinar a unos 50 pacientes de los que sufren anualmente infartos en Soria. Actualmente los pacientes tienen que ir a Burgos varias veces por semana, por lo que pocos lo hacen. El ejercicio físico controlado, el apoyo psicológico y los nuevos hábitos saludables claves para reducir un 25% el riesgo de mortalidad de los infartados.
El Hospital de Santa Bárbara cuenta ya con una Unidad de Rehabilitación Cardiaca. Se trata de un equipo multidisciplinar compuesto por 5 profesionales (médico y enfermero de cardiología, un médico rehabilitador, un fisioterapeuta y un psicólogo) al que se pueden sumar otros especialistas si la situación clínica del paciente lo requiere.
En total una decena de profesionales, para cubrir bajas y vacaciones, están implicados en este proyecto que ya está disponible en los hospitales grandes de Castilla y León, pero no así en todos los pequeños. El objetivo de este nuevo equipo es atender en torno a unas 50 personas al año en la provincia de Soria.
No será todos los infartados de la provincia (unos 3 a la semana por lo que al año son unos 150 los sorianos que sufren infartos) pero sí aquellos en los que este protocolo pueda suponer un mayor aumento de la calidad de vida y una disminución importante del riesgo de recaída. Actualmente, estos pacientes debían trasladarse a Burgos y eran muy pocos los sorianos que accedían a la rehabilitación cardiaca.
El protocolo comienza un mes después del alta hospitalaria tras el infarto y se producen hasta 3 sesiones de una hora por semana. La primera fase supone el acercamiento y la presentación del programa, para conocer las circunstancias del paciente y valorar su inclusión en el sistema. La segunda fase se centra en la rehabilitación propia, con importante papel para el ejercicio físico con actividades de fuerza, coordinación o equilibrio. También en esta fase se analiza la alimentación y los hábitos del paciente, para modificarlos.
“Debe existir un compromiso del paciente por mejorar su calidad de vida y llegar al nivel basal que tenía previamente”, señalan los responsables del programa. Por eso la parte de psicología es un aspecto fundamental del programa. La tercera fase, una vez acabado el programa se prolonga durante toda la vida del paciente, reduciendo los riesgos con asuntos como la eliminación del tabaco o una dieta equilibrada.
Entre los beneficios que tiene la rehabilitación cardiaca, sirven para reducir la mortalidad de estas enfermedades cardiovasculares y reducir el 25% el riesgo de recaída en el primer año. “No es una consulta, es un programa que aúna acciones educativas, apoyo psicológico, rehabilitación física y seguimiento de los factores de riesgo”, explicaban esta mañana los profesionales del Hospital Santa Bárbara en la presentación del servicio.