Corpus en El Burgo: 400 voluntarios, cientos de kilos de viruta y mucho arte para vestir sus alfombras

El Corpus Christi en El Burgo de Osma es un día más que especial ya que, gracias a la colaboración de más de 400 personas, las alfombras florales visten el imponente patrimonio de la villa episcopal. Las calles se llenan de colores para la procesión con la custodia del Santísimo Sacramento en toda una exposición de arte efímero que enamora a vecinos y visitantes.

Los preparativos comenzaron hace semanas. "Los voluntarios arrancan las labores después de Semana Santa, fecha que marca la celebración del Corpus", explica Elías Alonso, teniente de Alcalde de El Burgo de Osma. A comienzos de mayo llegaron a la villa burgense tres camiones cargados de viruta desde Casarejos, cientos de kilos que se han teñido de todos los colores del arco iris pensando ya en los dibujos que debían vestir.

El sábado por la tarde acontece el primero de los momentos clave. Por la tarde-noche se dibuja en el suelo lo que después se cubrirá de color. "Entre la plaza Mayor, la calle Real y la plaza de la Catedral se ubican unas 15 alfombras, otra se instala en la plaza de Osma", apunta Alonso. Este 2023 todas las miradas se pondrán en el cielo: "Cruzaremos los dedos para que no llueva por la noche porque nos complicaría mucho la labor el domingo", expresa el edil.

El despertador sonará pronto el domingo para los voluntarios que quieran ayudar en el día grande de su pueblo. Serán unas 400 personas las que, a las 08:00 horas, rellenarán los dibujos con viruta teñida y césped recién cortado. El pulso y la minuciosidad serán dos factores determinantes, pues de ellos depende el cumplir con las altas expectativas de los asistentes.

Sobre las 12:30 13:00 horas ya se podrá disfrutar la obra completa en todo su esplendor. Todo habrá quedado dispuesto para que la procesión y los niños vestidos de primera comunión pasen sobre las alfombras otorgando un esplendor único a la villa. Un almuerzo en la plaza del rastro y una paella en la plaza de toros servirán para que los voluntarios recuperen fuerzas después de recoger y limpiar todo.

"Es cierto que las alfombras son efímeras, pero eso las hace todavía más especiales. Tienen un motivo, cumplen con él y después todo regresa a la normalidad para seguir haciendo de El Burgo un pueblo grande", concluye Elías Alonso.