Mañana del Lavalenguas marcada por la niebla

En una mañana fresca, aunque no desagradable, centenares de sanjuaneros se encuentran ya en Valonsadero, adonde han acudido para presenciar, y si se puede y el físico lo permite, ayudar a los caballistas a cerrar los novillos en los corrales. Una 'ceremonia' que antaño era vivida por unos pocos pero que ya se ha consolidado como una cita de obligada presencia para los aficionados.

Pese a lo gris con el que se presenta el cielo matinal en el monte, el ambiente se despereza con innegable calidez entre los presentes, a la espera de cómo se irán desarrollando estas labores y que deberán concluir con los doce astados en los corrales antes de salir, nuevamente al campo, a partir de las siete de la tarde.