El torrezno soriano, protagonista de la final del programa Máster Chef

El chef Toño Pérez llegaba a la final de Máster Chef para enseñar a los cuatro semifinalistas una receta que posteriormente tendrían que elabora. A primera vista parecía fácil de realizar, pero según comprobaron la prueba tenía más dificultades de las que parecía.

Cuando levantó la tapa del plato mostró un “bocadito” que el chef denominó como muy rico, y que hablaba de la “filosofía de nuestra casa”, haciendo referencia a su restaurante de tres Estrella Michelín de Cáceres. Según explicó se trataba de un plato que contenía “cochinito feliz”, es decir, torrezno combinado con los elementos del mar, el cual llevaba el nombre de “Bivalvos con torrezno con suero de cebolleta y aceite de cilantro”.

Tras dar una breve explicación sobre la receta llegó el momento de ejecutar una de las pruebas más míticas del concurso llamada “Sigue al chef”. Algo que, a primera vista parecía simple para unos finalistas, pero que bajo la sorpresa de los concursantes, en esta edición iban a estar de espaldas, es decir, casi a ciegas y únicamente siguiendo las explicaciones d elaboración que iba realizando el cocinero.

Primero empezaron con el puré de zanahoria, luego con la mezcla de marisco, hasta que llegó el momento de “suflar el torrezno”, palabras que al oírlas Pepe Rodríguez no pudo resistirse a decir un sincero “qué rico”.

El chef la primera indicación que dio fue que los aspirantes pusiesen a calentar el aceite de oliva. Los concursantes, no se sabe si por nervios o por no saber escuchar, en vez de partir la panceta en dos pedazos grandes, justo para que cupiese en el recipiente de cocción, algunos decidieron cortarlo en varios pedazos pequeños, a lo cual Samantha Vallejo replicaba “van por delante de él. Se empeñan en hacer las cosas antes como si supieran cómo se hace”.

Continuaba el chef Michelín que una vez el aceite había cogido la temperatura adecuada se debía introducir en él, aunque avisaba “tened muchísimo cuidado porque el torrezno cuando lo metemos el aceite, la corteza coge aire y, se da la vuelta. Es importante sujetarla para que esté en la parte de abajo en contacto con el aceite sino no va a suflar”. Los jurados al ver lo que los concursantes estaban haciendo ponían cara de sorpresa y alguno, incluso, se llevaba las manos a la cabeza. Por su parte, los concursantes al no poder ver cómo le había quedado al chef, tenían sus dudas de cuándo estaban cocinados para sacarlo del aceite.

En un pequeño descontrol de nerviosismo por parte de los aspirantes de no saber muy bien qué hacer, el cocinero continuaba dando sus indicaciones de dejarlos reposar en una bandeja con un poco de papel y luego “trinchamos”.

A alguno le costaba más que a otros que la corteza llegase a su punto. Toño Pérez finalmente dijo, con una pequeña sonrisa, que uno de los trucos que hacen “en casa” para saber si estaba en su punto era rasparlo con un cuchillo, a lo que Samantha no pudo resistirse y dijo “esa música me gusta”. Acto que los cuatro participantes replicaron, aunque algunos con mayor éxito que otros. Posteriormente llegó el momento de partirlos en pequeños pedazos para que luego el emplatado quedase perfecto.

En cuanto a la hora de colocarlo en el plato la combinación era de lo más llamativa. Una alternancia entre vieira, torrezno y berberecho, una disposición que se repetía hasta recrear una forma redonda. El plato del profesional lucía espectacular, pero habría que ver la valoración de los jueces a los otros cuatro. El primero en pasar por la mesa fue Lluis, a quién le recriminaron que había partido el torrezno en pedazos pequeños antes de freirlos, un error que supuso recibir el comentario de “ves esto, no sufla”.

La siguiente fue “Pilu”. Tras la cata le dijeron que en su caso no tenían mucho decir ya que estaba bien hecho y “rico”. El tercero fue Alex, quien admitió algunos de sus errores con el producto soriano, “los torreznos los tenía que haber cortado un poco más y no me han suflado mucho”, a lo que Pepe le replicaba con una carcajada “he visto gachas con menos tocino”. Tras llevarle una cucharada de la combinación a la boca Jordi añadió “tus errores, como conseguir el crujientito de la panceta se corregían escuchando al chef”. Eneko fue el último y a quien Toño le dijo que “todos habían tenido problemas para que subiese la corteza, porque en su caso había pedazos en los que estaba bien y otros en los que no”. Finalmente la cata acabó entre risas y con Pepe diciendo que la próxima vez que cocinasen tendrían que crear un #nuncamásuntorreznosinsuflar o #suflatutorrezno

Es que me muero de bueno, que me manden un kilo #MasterChef pic.twitter.com/A0hzEThDhz

— MasterChef (@MasterChef_es) June 19, 2023