VIDEOS | Tras la fuerte tormenta del miércoles, agricultores del Rituero miran ahora a la CHD

"A lo mismo quieren que esta zona se convierta en la segunda Valencia. ¿Qué quieren, que cultivemos arroz?". De este modo se ha manifestado un joven agricultor de Pozalmuro, Óscar Miguel García, quien al igual de decenas de profesionales del campo en esta zona han visto cómo sus terrenos se han anegado, a causa de la fuerte tormenta originada el miércoles en el este provincial y que ha causado "incalculables daños" en la cuenca del Rituerto. Inundaciones que se han debido a la falta de limpieza en el cauce del río, cuyo curso se desbordaba e incluso hacía cerrar el tráfico de la N-122 en el cruce con Villar del Campo, al saltar las aguas a la calzada. Municipio este que también, al igual que Hinojosa del Campo e incluso más al sur como Aliud, por citar alguno más, ha sufrido el azote de las aguas que se mantienen retenidas en las parcelas.

Graves destrozos, no solo ya en el maltrecho cereal azotado por la sequía, sino también en el girasol, recién sembrado. Sobre este cultivo, García explica que una vez desaparezcan las aguas "la tierra se enlosa, se endurece y la semilla no llega a crecer". Ello lleva a graves pérdidas: "¿Y ahora qué hacemos?", lamenta.

Para el agricultor, la Confederación Hidrogáfica del Duero (CHD) debería haber limpiado adecuadamente y a su tiempo las riberas del Rituerto, que ya descontrolado, ha desborado también las acequias. De este modo, las balsas se prodigan a lo largo de toda la vega, con un terreno que ya ha dejado de ser permable, reteniendo el agua y esperando a que el sol y el calor actúen evaporando los embalsamientos producidos.

García, tras describir que "se oyen hasta las ranas", ha lamentado igualmente que "de toda la vida" generaciones anteriores procedían a la limpieza del río "sin que hubiera pasado nada". Sin embargo, este tipo de labores deben estar autorizadas ahora por la CHD, con lo que los agricultores no pueden hacer nada para prevenir situaciones como esta y evitar riadas y arrastres como el que se produjo precisamente anteayer.

Un panorama nada alentador para el campo en la zona entre la sierra de La Pica y la del Madero, donde los labradores miran, impotentes, cómo sus campos y sus cultivos se han ido al traste en la campaña de cereal y también para lo que se refiere a oleaginosas como el girasol. Una mirada indignada que también se fija en el organismo de cuenca.

Como se recordará, la borrasca llevaba a registrar más de 40 litros por metro cuadrado en escasos minutos en localidades más al norte como Valdelagua del Cerro, mientras que en en otros términos municipales, como Valdegeña, han sido constatados más de 140 en apenas tres días.

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