CRÓNICA | Así ha transcurrido la corrida de toros del Domingo de Calderas

Última corrida de la feria de San Juan de este 2023, el día grande de la feria y el de más esplendor, nuestro domingo de calderas. Alejandro Talavante, Emilio de Justo y Joselito Adame se enfrentan a los toros de la ganadería salmantina de El Pilar. Con la plaza casi llena el festejo comenzó más tarde de la hora acordada ante los pitos del público por la ya tradicional puntualidad de la afición y la falta de organización.

Lavador sería el primero en salir de toriles para encontrarse con Alejandro Talavante. Manso y flojo en la embestida el diestro no pudo hacer mucho con él.

Hubo que regar el albero después del primero de la tarde retrasando aún más el festejo.

Le correspondía el segundo a Emilio de Justo. Consiguió alguna bonita verónica y lo acercó por delantales al caballo, protestando el toro ante el peto. Dos tandas por la derecha bastaron para hacer sonar la música. Por la izquierda recortaba distancias el toro. Sacó buena faena el cacereño que remató con mal arte en el acero. Un pinchazo, una estocada atravesada y tres descabellos tras el primer aviso hicieron caer al astado.

Turno para Joselito Adame en el tercero. De blanco y oro se presentó el hidrocálido ante la afición soriana que tanto cariño le tiene. Recibió con los pies juntos al de El Pilar que se mostró bravo ante el picador. Brindis al público que le devuelve una ovación. Firme con la muleta logró domar la embestida del cuatreño, algo falto de calidad en la embestida pero noble y bravo que peleó hasta el final sin abrir la boca. Intentó matar recibiendo y puso media estocada en la cruz que culminó con dos descabellos lo que enfrió a la afición que no sacó los pañuelos.

Inicia de nuevo la segunda parte Alejandro Talavante. Perdió las manos repetidamente el astado lo que deslució el primer tercio ante los pitidos del respetable que pedía su vuelta a los corrales. Todo lo que salió fue mérito del diestro que tiró de oficio e hizo todo lo posible por sacar adelante una faena que parecía imposible.

Lo de que no hay quinto malo es una máxima taurina que no siempre se cumple pero Portillo, marcado con el guarismo del 8 y que fue el segundo de la tarde para Emilio de Justo dio valor al refrán. Repitió con nobleza en la muleta para que el extremeño cuajara un faena profunda y de calidad que remató de una estocada algo tendida pero que fue fulminante. Dos orejas paseó el diestro ante una afición entregada que le abría la puerta grande.

Cerraba la feria Lirio con el mejicano Adame enfrente. Repetía Fernando Sánchez y volvió a levantar al público. Pocos banderilleros (por no decir ninguno) levantan más expectación que el toledano y nunca defrauda. Lástima que en el último tercio la faena se vino abajo a la par que las fuerzas del toro. Le puso valor el hidrocálido de nuevo pero no pudo hacer más. Pinchó en la primera e hincó el hierro completo en la segunda. Sorprendente la oreja que pidió el público y concedió el presidente, tal vez por despedir la feria con una alegría.

En general y por resumir la feria podríamos decir que ha sido algo sosa, con toros de poca talla y que no disipó las dudas que albergaba la afición ante unos carteles que a priori no ilusionaban.

Volverán a abrirse las puertas de la Chata para las fiestas del patrón. Esperemos que dios reparta suerte.

Fuente: Gustavo Gonzalo