Inconformistas

Entre nosotros hay personas que se conforman con lo mínimo, que guardan un silencio cómplice por temor a que les expulsen de su zona de confort. Son como el meme del perro sentado en mitad del incendio.

Sin embargo, también nos encontramos con gente que no se queda con la primera opción que le dan, que es crítica, que considera que se puede hacer mucho más, que ese límite es una línea que se puede traspasar. Es decir, inconformistas que van a contracorriente.

Vivimos una época en la que parece que toca comulgar con ruedas de molino, mirar a otro lado, callar y quedarse con lo primero que nos venden. Algo que lleva pasando demasiado tiempo en Soria, con una lista inagotable de justificaciones: Hay que conformarse. No hay que molestar. Suficiente que nos dan esto o esto otro. Podríamos estar peor. A callar y obedecer... Es algo que ocurre mucho en la política soriana. Alfonso Guerra dijo: “El que se mueve no sale en la foto”, y en esa foto hoy aparecen muchos conformistas que anteponen otros intereses al bien común de los habitantes de nuestra provincia.

Pero somos muchos los que no nos conformamos, que protestamos porque la unidad de radioterapia va a tardar veinte años en instalarse en Soria; que denunciamos que las ayudas al funcionamiento son insignificantes; que no aceptamos que se tarde más de diez años en construir 12 kilómetros de autovía; que rechazamos las excusas cuando la construcción de un centro de salud acumula años de retrasos; que alucinamos cuando alguna mente “brillante” propone quitar paradas de tren para que llegue en el tiempo que una inversión millonaria no va lograr.

Durante años el conformismo ha acumulado proyectos que ni avanzan ni se terminan en plazo o directamente no se ejecutan. Y de lo poco nuevo que llega, inmediatamente sigue la deriva de los retrasos. Estáticos, guardados en cajones o en programas electorales que nunca se cumplen o lo hacen a medias y lentamente. Mientras, los responsables buscan culpables en otros sitios con tal de no asumir que su conformismo, excusas y silencio son los causantes de todos nuestros males. Una carcoma que corroe a nuestra provincia.

Afortunadamente, los inconformistas somos cada día más.