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Las obras de ‘humanización’ han devuelto a los sorianos la Avenida Navarra y se han trasladado a la calle Alfonso VIII. Así queda el tráfico. Aunque aun faltan los últimos detalles, los viandantes y conductores que hoy la han transitado pueden ver lo que les espera. Entre lo bueno, la apuesta por el adoquinado más fino que evita el traqueteo de otras zonas de la ciudad. Además, las aceras ahora son más anchas y se han instalado media docena de bancos a ambos lados de la calle y unas cuantas papeleras. Lo feo es la sensación que dan los contenedores, un elemento demasiado voluminoso para una calle tan estrecha, aunque estos cambiarán como los del resto de la ciudad según marca el nuevo pliego. Habrá que esperar a que se coloquen los árboles (comprometidos y confirmados) para hacerse una idea más concreta ¿Lo malo? Tras unas semanas en que los transeúntes han podido pasear por el boceto de lo que será la calle, encontrársela ahora llena de coches genera un poco de impacto. Los carriles de tráfico se reducen de 2 a 1 y se mantienen las plazas de zona azul (“son sagradas”, bromea la gente) devolviendo a la calle una sensación de agobio entre tantos elementos.