Pablo del Campo, raíces sorianas en la JMJ de Lisboa: “hay un mensaje para todos, seas creyente o no”

Pablo del Campo es un joven madrileño, de 23 años, con raíces sorianas. Su padre y sus abuelos son de Espeja de Tera, lugar en el que tienen una casa en la que pasan parte del verano todos los años.

En esta ocasión, antes de veranear en Soria, sus hermanos y él han hecho una parada muy especial para toda su familia. Han viajado a Lisboa a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) junto a otros 240 jóvenes de la parroquia de San Germán (Madrid).

En total 75.000 españoles han decidido acudir a esta cita un año más tarde del que se debía de haber celebrado. La anterior convocatoria fue en 2019, por lo que esta tendría que haberse realizado en 2022, pues el encuentro se realiza cada cuatro año. Sin embargo, a causa de la pandemia se tuvo que retrasar hasta el año en curso.

Se trata de una cita en la que “vives tu fe, algo muy importante para mi, compartida con otras personas, sobre todo jóvenes, aunque quizá de primeras puede sorprender porque parece que el ser creyente está relacionado con las personas mayores, pero esto es el ejemplo vivo de que la fe católica llega a todo el mundo”. Asegura que el creer tiene sus momentos álgidos, pero también complicados “y este tipo de eventos hace que cuando tenga un bajón de fe me acuerde de lo vivido, del sentimiento de comunidad y de las palabras compartidas para no desistir”.

En el caso de Pablo ha acudido por tres razones, por un lado porque se realizaba en un país vecino que no había visitado, también porque no tenía ninguna atadura que le comprometiese durante esas fechas, y la más importante, porque era una “oportunidad para participar en una experiencia que le marcó tanto como fue la JMJ 2019 de Panamá”.

El encuentro dura una semana en la que realizan diferentes actividades conjuntamente con otras parroquias. La agenda es apretada, aunque también tienen tiempo libre para descubrir la ciudad por su cuenta. Por las mañanas tienen catequesis y dinámicas en grupo, además de unirse a otras parroquias para participar en la eucaristía. También hay organizadas otras actividades complementarias para todos los asistentes como acudir a la ‘Ciudad de la Alegría’ en Belém, el ‘Festival de la Juventud’ o ‘Los Campos del Perdón’, un espacio con múltiples capillas a las que acudir para confesarse, . Así mismo, hay vigilias en las que se congregan todos los peregrinos para pasar una noche en la que les acompañan en la oración, “un momento muy especial porque está todo a oscuras y tan solo está iluminado el Cristo consagrqdo junto al Papa que está en el altar”.

Pueden parecer actos muy protocolarios que mucha gente no entienda, pero a pesar de ello, Pablo afirma que “en caso de haber críticas sobre estos encuentros, esas personas hablan desde el desconocimiento. Es una experiencia que hay que vivirla, es muy sana y muy nutritiva porque hay más cosas positivas que negativas”. Es por ello que anima a otros jóvenes que tengan dudas a acudir al evento porque “hay un mensaje para todos, ya seas creyente o no”.

Para concluir la semana, el último día, en un acto multitudinario el Papa anunció cuál sería el próximo destino de la JMJ. En esta ocasión se ha escogido a Seúl (Corea), aunque un par de años antes, el pontífice invitó a los jóvenes de todo el mundo a celebrar el Jubileo en Roma y el Vaticano.