Otra vez el machismo

En este espacio voy a dejar alguna pequeña reflexión sobre la gran polémica que ha empañado la victoria de nuestra selección femenina de fútbol en el mundial. Deberíamos estar hablando precisamente de esta gesta, pero es también una muy buena noticia que prácticamente toda la sociedad haya visto en el comportamiento de Rubiales una conducta completamente reprochable.

Hablamos de unos hechos bochornosos que, por mucho que se empeñe este individuo, no tienen ningún tipo de explicación o justificación, ya que todos hemos podido ver el video que recoge el episodio. Ahora bien, tenemos que reflexionar sobre que, incluso con la posibilidad de ver claramente esta agresión a Jenni Hermoso con nuestros ojos, el agresor pone en marcha toda la maquinaria de presiones e influencias para acabar haciéndose la víctima y hablando de un feminismo equivocado.

Qué ganas de denunciar le pueden quedar a una mujer que sufre acoso por parte de su jefe en su lugar de trabajo. Qué esperanzas tiene de que se investigue o crean su versión. Este tipo y todos los que en un primer momento le aplaudían se creían completamente invulnerables, de ahí su incapacidad para pedir disculpas o dimitir. Han chocado contra una sociedad que es, por fortuna, mucho más feminista y moderna que la caverna en la que se mueven.

También debemos examinarnos todos los hombres, autoanalizarnos y tratar de descubrir todos aquellos gestos o comportamientos que serían propios de Rubiales. Porque los tenemos. El machismo y el patriarcado nos han inculcado esas conductas desde que venimos al mundo. Debemos estar atentos y corregir esas actitudes que vemos en nosotros, pero también en nuestro amigo que cuando bebe es “un poco baboso”, o reprender al que es controlador con su novia.

No se puede estar de perfil frente al machismo. O se trabaja para erradicarlo, incluso en nosotros mismos, o se es cómplice.