¿Podría dar visibilidad al colectivo LGTBI ayudar a combatir la despoblación en Soria?

Cada 23 de Septiembre es el Día Internacional de la Bisexualidad. Una orientación sexual entorno a la que todavía existe un gran desconocimiento. Igual que en junio, Mes del Orgullo LGTBI+, es importante que la sociedad se pare un momento a reflexionar sobre por qué todavía es necesario seguir reivindicando ciertas realidades, personas y colectivos. También en España, sí, porque no es ajena a la homofobia.

Las ‘bromas’ contra las personas queer siguen existiendo y muchos comportamientos homófobos o tránsfobos continúan estando peligrosamente arraigados en la sociedad. Y escribo "peligrosamente" siendo muy consciente del significado de la palabra. Con los derechos humanos no existen medias tintas: o estás del lado del oprimido, o estás del lado del opresor. Y no estar en contra de prácticas discriminatorias es, también, elegir al opresor.

Muchos miembros del colectivo abandonan Soria buscando en otras ciudades algo tan simple como que les entiendan y les acepten. Por mucho que intenten negarlo algunos, es la realidad. Queda muchísimo por hacer en términos de visibilidad, aunque muchos traten de llamarlo adoctrinamiento porque no entiendan el significado del verbo "adoctrinar".

Todavía nos falta trabajar para convertir a las personas del colectivo en protagonistas de espacios en los que la heterosexualidad siempre había imperado; educar sobre la diferencia entre sexo (una condición orgánica) y género (una serie de atributos y constructos creados por la sociedad, que no dependen de los genitales) y entre identidad y orientación sexual (a qué género sientes que perteneces vs. por qué género te sientes atraído); explicar a las personas cis cosas como por qué no pueden usar un deadname; y convertir lo que ahora se tiene que visibilizar en cotidiano. Así es como esas personas sentirán que Soria también es suya. Y podrán volver a casa.