Entre cubata y desfibrilador

Vivimos en una sociedad que tiene su imagen y semejanza en Soria: si no opinas lo mismo que el pensamiento único que se impone te dicen que sujetas cubatas o directamente te llaman negacionista.

En un país en el que algunos quieren hacer leyes para encajar “conflictos territoriales” cuando unos ponían los coches bomba y otros daban un golpe de estado mientras nosotros poníamos la nuca y el dinero para seguir financiando sus aquelarres debes callar; en un país en el que prófugos, malversadores y terroristas merecen “alivios penales” no puedes expresar tu contrariedad so pena que te digan que atentas contra la convivencia; en un país donde 1 de cada 12 personas no puede encender la calefacción o comer carne y pescado por estar en pobreza severa debes sonreír cuando se regalan otros 250 millones para el cambio climático, mientras además entregamos en impuestos 6 meses de nuestro sueldo anual con la promesa de que se emplean en servicios públicos de calidad y la certeza de que demasiados se destinarán a financiar a otros españoles insolidarios y xenófobos ; en una provincia sin tren y apenas sin autovías como la nuestra se les dice a nuestros agricultores y ganaderos que -invirtiendo su dinero- no deben pensar en rentabilidad y producción porque alguien decidió para Soria que seamos campos de placas solares y molinos de viento ya que las industrias y el sector primario serán para otros…y así suma y sigue, comulgando felices y sumisos con ruedas de molino y con más adoquines.

¿Este es el modelo político de país al que debo aspirar? ¿Estos son los objetivos de desarrollo “sostenible” para mi ciudad que propone esa ecuménica agenda 2030? Nosotros igual lo arreglamos con cubatas, nuestros hijos seguro necesitarán desfibriladores…y verbenas, muchas más verbenas de San Sin Pensar.