Todo se compra; todo se vende

En este mundo, cada día más material, todo va teniendo un precio. Sigue pensando alguno que hay cosas que no se pueden pagar, pero a la vista la política nacional española, y cada día más en el ámbito autonómico o incluso local, todo es cuestión de vender, porque todo es posible comprar.

No haber conseguido ningún diputado Soria Ya en las generales nos ha salido muy caro. Aquí no se ha vendido, y no se ha comprado. Pero está claro que el precio que se ha pagado ha sido muy alto: un fracaso mayúsculo que pone contra las cuerdas incluso la continuidad de una opción llamada plataforma que “paga” sus mala puesta en escena como partido político con un revés que, ojalá, no sea definitivo.

Ahora nos hemos metido en el túnel más oscuro posible. Para poder cantar la continuidad de un maremágnum de opciones políticas hay que vender, incluso nuestra alma al diablo. Esto no es de ahora, pero ahora se hace más gravoso; ahora es más apabullante; ahora se nota más que nunca, y ahora nos provoca sensaciones y tensiones que van a ser lo más hablado de nuestra reciente historia.

La transición, aquella época que para los mayores pareció una barrabasada, para los jóvenes nos pareció demasiado escasa en cambios, y para los niños un rato magnífico con el que poder cantar canciones protesta, está en decadencia. No hemos sabido actualizarla. No hemos sido capaces, como suele ser habitual en las personas, afrontar los problemas con la frente alta y la cabeza tiesa. Y hemos dado palos de ciego a diestro y siniestro. Y somos capaces de volver a caer en el mismo error, por enésima vez, y conscientes de que nos la jugamos, pero como tenemos una última opción que será la que nosotros no conozcamos, le dejamos “el muerto” al que venga detrás, y nos salvamos nuevamente el pellejo. Y si no, que se lo digan a todos y cada uno de los puestos de relevancia que han ido pasando por ser máximas figuras nacionales.

Cuando Vd., amigo lector de SORIANOTICIAS tenga este texto ante sus ojos, nuestros diputados estarán votando -o casi-, un acto de investidura que no tenía, al parecer, visos de triunfar Cuando pueda llevarse este texto a la vista, otro candidato estará dispuesto a vender sus ideas, sus proyectos y casi su séquito de “fieles” por su paz interior, que nada tiene que ver con la del resto. Pero como todo tiene su precio, todo se compra y todo se vende. Incluso la opinión, las ideas y el resto. Yo, en el fondo, creo que también tengo precio.