Entrevista SN a Miguel Ángel Tobías: “El daño que las redes sociales están haciendo a nuestros hijos, es culpa nuestra”

P: ¿Se puede estar bien físicamente sin estar bien mentalmente? ¿Y viceversa?

R: No se puede ninguna de las dos cosas. Son dos sistemas, el psíquico y el neurobiológico, que están completamente conectadas. De hecho, desde hace algún tiempo, poco, ya hay una especialidad dentro de ciencia médico que es la psico neuro-inmuno-endocrinología, y ahora ya sabemos que la conexión del cerebro con el aparato digestivo es brutal. Ya tenemos el conocimiento científico para decir que no hay forma de estar bien físicamente si no estamos bien psicoemocionalmente y a la inversa.

Y solamente hago un matiz, en cualquier momento somos susceptibles de que nos pase cualquier cosa. Ahí hay un elemento de corrección que se produce cuando tu entiendes y aceptas aquello que te pasa en la vida y que no puedes modificar. Una vez que tu aceptas ese problema físico que no puedes solucionar, deja de ser un problema y ya no existen barreras para que tú te sientas bien. Cuando tú lo aceptas y lo asumes, se abre la posibilidad de que tú aprendas qué puedes hacer con eso negativo y darle la vuelta a tu problema. Si por tu rodilla no puedes corres, descubrirás la natación. Lo que te limita, te abre otras puertas.

Los consejos de Miguel Ángel Tobías

P: Algunas ideas para encontrarnos bien física y mentalmente

R: El agua, la primera. No somos conscientes de su capacidad terapéutica. Los seres humanos no damos valor a las cosas que tenemos, por eso crecemos pensando que nuestra familia nos tiene que querer y que apoyar porque sí y no le damos el valor que realmente tiene. El agua, en esta parte del mundo, está ahí y no la valoramos. Desde el punto de vista de la salud. hidratar a nuestro organismo es una de las grandes terapias que podemos hacer. Pone en marcha a órganos importantísimos como el riñón o el hígado, es vital para la asimilación de nutrientes, para la eliminación de toxinas…

Luego está la masa muscular. Y aquí no tenemos que pensar en un culturista sino entender que nuestro esqueleto está soportado por una musculatura hecha para el movimiento y la resistencia al máximo nivel. Somos seres diseñados para el movimiento y nos hemos convertido en sedentarios y esa es la realidad de un gran porcentaje de la gente. Eso lo pagamos en forma de enfermedades metabólicas, diabetes, hipertensión, colesterol… Son enfermedades que nos matan, que no son aguadas, pero que nos van matando poco a poco.

Nuestro organismo está de manera permanente en un estado de inflación celular interna. Es algo bueno cuando se produce por un golpe o una herida, pero no es buena si se produce de manera permanente

Nuestra alimentación está basada en alimentos utraprocesados en un porcentaje altísimo. Si uno entra en un supermercado, las estanterías están llenas y llenas y llenas de productos que no deberíamos comer. Y, en esto, hay consenso científico mundial. No hay debate, esto es ciencia. ¿Qué pasa? Que las industrias de la alimentación y farmacéuticas son tan poderosas que tienen todo el dinero del mundo para convencernos de que comamos cosas que no son alimentos. Deberíamos empezar a diferenciar entre alimentos y productos comestibles, que son aquellos que te los puedes comer sin que te generen un daño grave en ese momento.

La clave es que todo el tiempo que no dediquemos ahora a cuidar nuestra salud de manera voluntaria, a cuidar nuestra salud y hacer ejercicio lo vamos a tener que dedicar, por obligación, de aquí a unos años, pero ya con enfermedades crónicas y con secuelas. Y luego hay un tercer factor clave, que es el estrés, el control del estrés.

P: ¿Merece la pena el sacrificio? ¿Cómo afrontar este choque con la realidad?

R: Para empezar, yo promulgo el respeto a la libertad de todo ser humano de hacer lo que quiera con su vida. Cada uno tiene derecho a hacer lo que quiera, pero sí me gustaría que, como mínimo, nos paremos a reflexionar sobre las cosas que deberían ser importantes en nuestra vida y que nos permiten pasar por este mundo con mayor o menor éxito.

El éxito no tiene que ver con dinero o con proyección público sino con ser capaz de hacer el mayor número de días posibles eso que tú quieres hacer. Todos tenemos obligaciones, pero si tú quieres estar con tu familia o salir al monte, si logras hacerlo 100 veces al año en lugar de 50, has tenido el doble de éxito. La única obligación que tenemos con nosotros mismos es intentar que nuestra vida se parezca lo máximo posible a la vida que nosotros queremos tener.

Miguel Ángel Tobías y la TV

P: Como productor audiovisual has realizado ‘El camino interior’, también estuviste detrás de ‘Españoles por el mundo’, demostrando el poder de las conversaciones y de las historias… Pero, ¿se puede aprender de la experiencia de otro?

R: Maravillosa pregunta. Depende del estado vital en que se encuentre el receptor. Hay un proverbio japones que dice que “cuando el alumno está preparado, aparece el maestro”. Yo, en mis charlas, puedo permear en el corazón, en las cabezas y en la conciencia de las personas que están abiertas y dispuestas a recibir de corazón la información que yo voy a dar de corazón. Si tú no estás en esa situación, da igual lo que te digan.

Los refranes dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena, pero depende de la apertura y de la inteligencia de las personas con las que te encuentras. Muchos van a encontrar los réditos de mi charla dentro de 1, de 5 o de 15 años. Tú plantas una semilla y en algunos germina en el momento y en otros dentro de un tiempo. No importa, la semilla germina cuando el alumno está preparado. Yo he aprendido de tanta gente, en todo el mundo, recorriendo el planeta… que espero, de corazón, que la gente pueda aprender de mis experiencias. Pero es algo que va a depender de tu momento vital.

Miguel Ángel Tobías redes sociales

P: Redes sociales, como sociedad, ¿cómo lidiamos con ello?

R: Muy mal, estamos lidiando muy mal. Esto tiene que ver con el pensamiento crítico. Para que se pueda dar hay dos cosas fundamentales, una el conocimiento y la otra tener el tiempo para reflexionar sobre ello. La tecnología es lo que cada uno de nosotros hagamos con ellos. Los niños y adolescentes están viviendo una desgracia con la tecnología. La ciencia nos dice que los niños y los adolescentes no tienen la configuración cerebral completada y son susceptibles para que las tecnologías les pueden generar un daño enorme en su propio desarrollo neuronal y psicoemocional. Pero claro ellos no son responsables, ni tienen el conocimiento, ni la experiencia, ni los medios para protegerse. Tenemos sí o sí, que ayudarles los adultos. Y esto tiene muy poco debate. El daño que las redes sociales están haciendo a niños y aduletes, y la gente se enfada cuando lo digo, queridos padres, queridos hermanos mayores, queridos tíos y primos, es culpa nuestra

Se nos pondrían los pelos como escarpias por dejarle un coche o una pistola a un niño. No es que no puedan tener la habilidad y la capacidad técnica para conducir, es que no tienen la madurez necesaria para ser consciente del arma que tienes entre las manos.

Una gran parte de los problemas de salud mental que vamos a tener como adultos, se gesta en los primeros 20 años de vida. Y aquí, hemos tirado la toalla. Tenemos que ejercer ese control ahora si no queremos que esta generación sea una generación de adultos con grandes problemas mentales. Y esto, lo dicen todos los psiquiatras que trabajan en salud mental de adolescentes y de jóvenes. ¿Qué hacemos como sociedad mirando para otro lado?

Miguel Ángel Tobías y el Camino Interior

P: 16 etapas del camino con 16 personajes muy potentes, cuéntame una anécdota y un aprendizaje

R: Ha habido una situación bastante constante con todos los protagonistas. En algún momento de esas jornadas de grabación me han dicho que, sin darse cuenta, habían hablado conmigo de cosas que no habían hablado antes con nadie, que se habían desnudado emocionalmente de una forma que no lo habían hecho antes.

Evidentemente, ha habido muchas anécdotas emocionantes e impactes. Una que me gusta, porque aparece en el capítulo y el espectador ve que esto está pasando, fue como acabo con Alejandra Vallejo-Nagera en un pueblo donde una mujer se asoma a la ventana y dice “Alejandra, Alejandra, soy tu tía”. Era una tía que ella sabía que existía y que no había visto nunca. Entonces ella me dio las gracias por prepararle aquel momento, pero me costó convencerla de que aquello no estaba preparado. Y hay otra anécdota, cuando rodamos la serie el Camino de Santiago estaba cerrado por el Covid, pero nos encontramos una chica italiana haciendo el camino y fuimos a hablar con ella. Nos contó que llevaba las cenizas de su padre cuyo sueño era hacer el camino y no había podido hacerlo nunca. Ese día acabamos, junto a David Meca, llorando todos juntos.

Luego está el concepto divertido del camino. Todo el equipo de rodaje salimos con la intención de controlar la comida, de no pasarnos porque los rodajes se dan a acabar comiendo mucho y mal. Pero pasó que a cada sitio al que íbamos, nos abrieron hoteles para nosotros, restaurantes solo para darnos de comer, pueblos pequeñitos donde todo el pueblo se puso a hacernos la comida… Y claro, todo el mundo nos intentaba agasajar con sus mejores viandas y al tercer día fue como, “bueno pues ya haremos dieta cuando acabe el rodaje, pero estos 20 días tenemos que disfrutar de esa parte maravillosa que tiene el comer”.

Y me preguntabas por un aprendizaje. Yo he querido que quedase muy claro a los espectadores la idea de que todos los seres humanos necesitamos de alguien que camine a nuestro lado.

P: Y quien no lo tiene, quien no encuentra a esa persona, quien se siente solo…

R: Hay millones de personas en el mundo que se sienten solas. Solo en España más de 5 millones de personas de más de 65 años se sienten solas, y, de ellas, el 75% sufren una soledad no deseada. Además, hay muchísimas personas que, a pasar de estar acompañados, se sienten solos. Y esa es la soledad más terrorífica. Esta es una de las perversiones que como sociedad hemos creado.

Cuando me dicen eso siempre digo: grítaselo al mundo. Porque el mundo está lleno de seres humanos queriendo ayudar. Pero, ¿por qué te voy a ayudar yo a ti si tú no me lo pides y si yo no sé lo que te está pasando? Necesitamos reconocer esa vulnerabilidad, pedir ayuda. Y si nos abrimos, te prometo que el mundo está lleno de gente queriendo ayudar. Y te prometo que, si lo haces, van a suceder un montón de cosas maravillosas. Lo bueno es que, para romper la soledad de un ser humano, lo único que hace falta es la presencia de otro. Solamente hace falta que alguien este allí y diga “hola, he venido a escucharte”.