El edificio, de estilo románico rural, está datado a finales del XII o principios del XIII.
El expediente de declaración de la Iglesia de San Bonifacio, en Espejo de Tera, Almarza (Soria), como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento, se encuentra en estado de tramitación. Ahora, para dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 10.2 de la Ley 12/2002, de 11 de julio, de Patrimonio Cultural de Castilla y León, se ha acordado conceder la apertura de un periodo de información pública de un mes, contado a partir de mañana martes, tal y como pulbica el Boletín Oficial de Castilla y León, con el fin de que cualquier persona pueda alegar cuanto estime conveniente.
La iglesia de San Bonifacio de Espejo de Tera está construida en la zona alta de la localidad. Se trata de un edificio de una sola nave y cabecera semicircular con atrio cubierto a la entrada, de pequeñas dimensiones y pobreza constructiva en cuanto a materiales y elementos ornamentales, característico del románico rural.
Atendiendo a sus características constructivas, se trata de una construcción de finales del siglo XII o principios del siglo XIII.
El templo ha sido objeto de numerosas transformaciones y de época románica solo queda la cabecera, compuesta por un ábside semicircular y tramo recto. El ábside tiene canecillos lisos o de nacela. Tiene dos ventanucos en forma de saetera, uno al este en el frontal del ábside y otro al sur. La nave responde a una reforma de época moderna.
Su interior se cubre con armaduras de madera, aunque en origen presentaría presumiblemente una bóveda de horno para el presbiterio y de cañón para el tramo recto.
La parte románica, como el resto de la construcción, se levanta en mampostería con refuerzo de sillares de arenisca en los encintados y ángulos de unión entre el ábside y presbiterio. Una sencilla cornisa con perfil de bisel, soportada por sencillos canes de nacela, remata los muros, en cuyos sillares son perceptibles las marcas de la labra a hacha y una marca de cantero.
En el siglo XVIII se lleva a cabo una reforma integral a la que corresponde la construcción de una sacristía al sur, una espadaña adosada al norte del presbiterio y el pórtico. La espadaña conserva dos campanas, la más pequeña de 1921 y la de mayor tamaño de 1794, según las inscripciones que se pueden leer en ellas.
En su interior conserva una pila bautismal románica, de forma cilíndrica rematada por un tosco bocel y decorada por una sucesión de arcos ciegos de medio punto en bajorrelieve, así como una pila de agua bendita de tosca labra, monolítica, quizá procedente de un antiguo pilar.
Asimismo se conservan fragmentos de las capas o vestimentas de San Bonifacio, que como reliquias se sitúan en diversos lugares del interior de la iglesia, así como varias estelas. Una de ellas está incrustada en el muro de fábrica adosado a la espadaña. En el centro del empedrado del atrio se localiza una piedra circular que quizás pudiera ser una estela, aunque sus inscripciones son prácticamente ilegibles.
En su interior se pueden contemplar dos testigos de lo que fueran las pinturas murales que decoraban los muros de la nave desde el zócalo a la cubierta. Se trata de un friso de arcos de medio punto entrecruzados y un panelado de rectángulos geométricos, en tonos grises y con líneas de marca incisas. Asimismo, bajo el coro se conserva una franja de una tonalidad grisácea oscura delimitada en su parte superior por una raya longitudinal rojiza, todo ello de difícil datación.
La iglesia conserva las imágenes de San Bonifacio y San Roque talladas en madera, probablemente del s. XVIII y guarda tres retablos, dos de estilo neoclásico y un tercero de estilo barroco, que en origen estarían situados en el ábside en el retablo principal dedicado a San Bonifacio y los laterales de la nave.