Artículo de opinión de Vanessa García, procuradora de Soria ¡Ya!
La educación es un pilar fundamental en el desarrollo de cualquier sociedad, pero cuando es necesario irse de casa para recibirla, puede generar inconvenientes. Hablemos de Soria. El hecho de que mucha de la juventud soriana tenga que salir a estudiar a otras ciudades supone una serie de perjuicios.
El esfuerzo económico que tienen que realizar las familias sorianas cuyos hijos continúan sus estudios lejos de casa es enorme. Este éxodo impone costos considerables. Desde matrículas hasta gastos de manutención y transporte, sin olvidar el alojamiento. El impacto económico negativo de esta “fuga de capitales” es doble: no sólo implica una carga a la economía familiar, sino que también priva a Soria de una inyección de capital que podría fortalecer su economía local. Sin embargo, esta fuga beneficia a los territorios receptores.
Un ejemplo. Si una familia soriana tiene que costear un alquiler en Madrid, deberá desembolsar una media de 1.050 euros mensuales. Pero es que alojarse en una residencia no es más económico. Y hablamos de uno de los muchos gastos que deben afrontar.
La fuga de talento es otra consecuencia de esta marcha de estudiantes. Soria es referente en formación académica, nos llaman la Finlandia española. Lo habitual es que nuestros jóvenes sobradamente preparados acaben haciendo la maleta y tomando un autobús. Algo que no es malo, hay que ver mundo. Pero es que cuando estos chicos y chicas se gradúan, encuentran las oportunidades laborales fuera de la provincia. Invertimos en talento y no regresa a Soria, lo exportamos, con todo lo que supone.
La oferta universitaria en Soria, aunque excelente, se queda corta, por lo que habría que impulsar la implantación de nuevos grados, pero no sólo universitarios, también de formación profesional. En Salamanca hay 30.000 estudiantes, imaginemos Soria con la mitad. Más consumo, más servicios, más gente,... Más vida.
Las administraciones deberían tener en cuenta este hecho diferencial que sufren las personas que viven en Soria, en la España vaciada. Becas para alumnos que tienen que salir de su casa para continuar sus estudios, fiscalidad diferenciada, ayudas,... medidas para aliviar la carga económica que supone a las familias invertir en la formación de sus hijos. Un esfuerzo extra que no es tan común en otras provincias de esa España saturada.