Volver Noticias de Soria - SoriaNoticias.com
La muerte y el ser, dos realidades condenadas a encontrarse

La muerte y el ser, dos realidades condenadas a encontrarse

Actualizado 31/10/2023 21:50

En este artículo abordamos la perspectiva filosófica y trascendental de la muerte. También nos acercamos a las causas de fallecimiento más comunes en Soria y nos preguntamos cuánto cuesta morirse. ¿Prefieren los sorianos ser enterrados o incinerados?

La muerte es el gran elefante en la habitación de nuestras vidas. Por comodidad o por temor, seguramente por pura practicidad, no solemos pensar en ella. Pero, de repente, aparece el día menos pensado para recordarnos que está ahí. Con toda su crudeza, con todo su dolor, con su insoportable naturalidad. La muerte, tan necesaria como ilógica, tan biológica como espiritual. Tan inesperada como previsible.

En 2019 murieron en Soria 1.125 personas. Eso significa que cada día hay 3 fallecimientos en la provincia. En este reportaje se han usado los datos de 2019 para evitar el efecto Covid. En 2020 fallecieron un total de 1.522 personas, un 35% más que en un año normal. Volviendo a 2019, la proporción hombres-mujeres es 50-50% y las estadísticas del INE nos indican que el 55% lo hicieron en el hospital, el 21% en una residencia socio-sanitaria y el 19% en su propio hogar. Ahí sí hay diferencias por género, los hombres fallecen más en el hospital. y las mujeres más en residencias.

Fallezca donde fallezca, el soriano medio se puede considerar un privilegiado, pues la provincia tiene una de las esperanzas de vida más altas dentro del quinto país del mundo con mejor dato. Un español que nazca hoy tendrá una esperanza de vida de más de 80 años si es hombre y rozará los 86 si es mujer. Los sorianos viviremos, de media, 5 meses más que el español medio.

¿Ven? Sin darnos cuenta, nuestro subconsciente nos ha llevado de hablar de la muerte a hablar de la vida. “Mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos”, dijo una vez el poeta Antonio Machado parafraseando al filósofo griego Epicuro. Este era un pragmático hedonista (sitúa el placer como sinónimo de la felicidad y como objetivo último de toda acción humana), y pensaba que, no pudiendo coincidir el ser y la muerte en la misma realidad, era una tontería preocuparse por ella.

Epicuro murió en Atenas 270 años antes del nacimiento de Cristo por una piedra en el riñón. Lo hizo a los 71 años porque, aunque la esperanza (media) de vida ha crecido sustancialmente con el paso de los siglos gracias a la disminución de la mortalidad infantil, la duración de la vida siempre ha sido similar.

Si Epicuro hubiera vivido en la Soria de hoy, seguramente habría muerto por una enfermedad del sistema circulatorio (un ataque al corazón o una insuficiencia cardíaca) o por un cáncer, pues entre ambos se llevan a más de la mitad de los sorianos (54%). Los cánceres que causan más muertes son el de pulmón (con una tasa de supervivencia de 5 años inferior al 20%) y el de colon y páncreas. Uno de cada 5 fallecidos por cáncer en la Comunidad lo hacen por cáncer de pulmón, una patología vinculada al tabaco y que afecta 3 veces más a hombres que a mujeres.

Mención especial merece el cáncer de mama, los tumores más mortales entre las mujeres. El de próstata es el segundo más diagnosticado, pese a solo afectar al 50% de la población, pero, afortunadamente, su tasa de supervivencia es del 90%. En términos generales, la investigación ha permitido que en nuestro país el 55% de los hombres con cáncer y el 61% de las mujeres se salven. El objetivo es llegar al 70% al final de esta década.

Pero no sólo de tumores y ataques al corazón mueren los sorianos. El 11% perecen por problemas respiratorios, el 6% por enfermedades del sistema nervioso y el 5% del digestivo. Unas 50 personas (1 a la semana) mueren al año en Soria por trastornos mentales o del comportamiento. Más de 10 sorianos se suicidan cada año. En España son más de 4.000 (11 al día), lo hacen en la edad adulta (30-60 años). Por cada mujer, 3 hombres se quitan la vida.

Se produzca como se produzca el fallecimiento, el cuerpo reacciona. El corazón deja de latir y la sangre de fluir.El cuerpo se enfría y los músculos se endurecen. Sin respiración, los pulmones dejan de enviar oxígeno a las células de nuestro cuerpo y estas se descomponen. Las bacterias y los hongos entran en acción, el cuerpo se hincha y aparece un desagradable olor.

Así de crudos son nuestros últimos momentos sobre la tierra. Y, entonces, llega el último adiós. En la ciudad de Soria el año pasado se produjeron 190 cremaciones y 166 inhumaciones. Los sorianos prefieren ser incinerados antes que enterrados en algunas de las cerca de 11.000 unidades (entre nichos y tumbas) del cementerio municipal.

“Es necio quien teme la muerte, no porque es temible una vez llegada, sino porque es temible el esperarla. Si una cosa no causa ningún daño con su presencia, es necio entristecerse por esperarla”, escribía Epicuro. Contradiciéndolo, Machado estaba preparado y no parecía temerla: “Cuando llegue el día del último viaje, y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, me encontraréis a bordo ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar”. Porque, al fin y al cabo, la muerte y el ser son dos realidades separadas, pero condenadas a encontrarse.

Pincha aquí y apúntate a nuestro canal de WhatsApp y recibe las noticias de Soria en tu móvil

Comentarios...