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La céntrica plaza de Mariano Granados en la capital se ha convertido este sábado en escaparate del vino soriano. La II Feria del Vino de Soria, organizada por la Diputación, ha contado con la participación de seis bodegas de la provincia pertenecientes a la Denominación de Origen Ribera del Duero. A lo largo de la mañana se han podido degustar 16 caldos que representan a la perfección los ideales y los matices propios de lo que ya es toda una seña de identidad. Y como maridaje, no han faltado dos de los grandes productos gastronómicos de estas tierras: queso de Oncala y torreznos de Soria. La música, las catas guiadas y el buen ambiente han puesto el broche de oro a esta jornada en la que los paraguas han sido el accesorio principal.