Charla deliciosa y musical con Fernando Óscar Pérez, el gaitero que vive ‘Cantando y contando’

P: ¿Cómo surge ‘Cantando y sonando’?

R: Hay un montón de músicas, como los romances de ciego o las jotas tradicionales castellanas, que han quedado huérfanas de intérpretes. A mí siempre me ha gustado la música de la abuela, la más popular, la de botella de anís y pandereta… Durante la pandemia empecé a trabajar la armonía de los instrumentos de cuerda y a pensar en la voz como instrumento, y me lancé con este capricho de hacer música tradicional de la que se suele decir que aburre, que no tiene fuerza, que no tiene marcha… He descubierto que hay un público maravilloso, de los que tienen de 58 años, como yo, para arriba, que les encanta la música de tradición y les he creado un espectáculo razonablemente dinámico, festivo y alegre.

En Soria hay una provincia inmensa, llena de pueblos vacíos. Y cuando llega Navidad o verano, siempre hay mucha actividad. Se están haciendo muchos actos culturales y sociales para ‘cuando vienen’. Yo estoy animando a los pueblos a que hagan cosas pequeñitas, conciertos para las 3 o 4 familias que mantienen y cuidan el pueblo durante todo el año. A esa gente habría que hacerles todos los homenajes del mundo y, porque alguna vez se les lleve un concierto de música tradicional como reminiscencia de sus ancestros y se les prepare una chocolatada, que valen tres pelas, no pasa nada. E iban a estar muy contentos. Y, si alguien quiere venir, que venga y si no, pues que no venga, pero las cosas hay que hacerlas porque, si no, apaga y vámonos todos a Madrid y a Barcelona.

En la parte de la lírica estoy haciendo un truquillo que me funciona muy bien. Adapto una jota y meto el nombre del pueblo: Molinos, Nafría, el que toque… Nunca jamás han cantado eso en esos pueblos, correcto, pero la gente lo siente diferente. Machado dijo aquello de “atónitos palurdos sin danzas ni canciones”, y yo se las estoy dando, creando o adaptando. Son tretas de artista. Ya lo dijo el Arcipreste de Hita: “Cualquier hombre que trovar bien supiere, puede añadir y enmendar si quisiere”.

P: ¿Cuál es el estado de salud de la música popular en Soria?

R: Soria va, como siempre 10 o 20 años tarde, pero ahora la música de Soria tiene buena salud.

Hay muchas escuelas y muchos grupos. Hay un aluvión de músicos muy interesante, también con el conservatorio que no deja de producir músicos de clásico o la Banda Municipal. La música es una ciencia-arte que es muy vital, que nutre mucho y que te hace sentir bien tanto si la tocas como si sabes disfrutar de ella.

P: Hablemos de la dulzaina...

R: La dulzaina murió en los años 40 con la aparición de la radio, los instrumentos de enchufe, los acordeones, los grupos rock and roll… Y en Soria prácticamente desaparece. Cuando yo tengo uso de razón, la gaita, que aquí siempre se llamó gaita, queda en manos de 3-4 individuos: Cesario Martín, el gaitero de El Royo; Feliciano Mateo, que tocaba en la comparsa de gigantes y cabezudos en las fiestas de San Saturio; y los señores de Fuentearmegil y Fuencaliente que venían a tocar en San Juan.

No había más. En el año 86, yo me encontré con la dulzaina, con una banda mítica que fue ‘Los gaiteros de la calle Real’. Estuvimos 10 años apostando por el renacimiento y la restauración de la dulzaina. Ahí tuvimos que ir a beber a Segovia, a La Rioja, a Estella…, y -sobre todo- a las familias de estos gaiteros que habían existido en pueblos como Santervás de El Burgo, Cantalucia, Ucero, Aylagas, Vildé… Así logramos un repertorio netamente soriano.

A raíz de la dulzaina, nos acercamos mucho a la música tradicional, a los cancioneros del siglo XIX. Y, de ahí, vino todo lo demás. Para las cenas medievales del Virrey, donde vamos desde 1987, había que echar mano de imaginación y de recueros organológicos. Y todo lo demás viene un poco por añadidura. Los instrumentos del renacimiento llegaron por unos cursos de música antigua y ahí nos envenenamos con los instrumentos antecesores de la dulzaina.

P: ¿Cuál es tu instrumento favorito?

R: Seguramente, la voz. La voz es uno de los instrumentos más importantes, que todo el mundo tenemos y que, además, es gratuita. Siempre, siempre, siempre, la voz que es un instrumento importantísimo y nadie lo sabe ni se preocupa de ella. Siempre escuelas de dulzaina, escuelas de folclore, y luego no sabemos cantar. Llega San Juan y nadie sabe cantar una sanjuanera entera de arriba a abajo, porque nunca hemos trabajado la voz.

P: ¿Qué es lo próximo?

R: En Castilla y León yo me siento un poco desplazado. Supongo que será porque hay que estar todo el día creando cosas y, como te quedes dormido, somos muchas provincias. Lo cierto es que no deberíamos quejarnos tanto sino currar más. Crear, proponer, dar guerra... pero es complicado. Desde 2010 no hemos vuelto a tocar en Castilla y León y por eso yo me he buscado otro país.

El país que me he buscado es la Celtiberia, que va desde Nájera hasta Cuenca, siguiendo la cordillera Ibérica. Y he creado el concierto ‘El país de las cuatro culturas’ para voz, mandola mediterránea, violín y contrabajo. Está compuesto por temas tradicionales que representan la cultura romana y cristiana, temas sefardíes para los judios, canciones andalusíes que representan al islam y tres temas con letra y música propios que representan la cultura celtibérica.

El 'mete-saca' y otros instrumentos sorianos

Fernando tiene, conoce y cuida decenas de instrumentos tradicionales. Los de plectro, cuerda, eran la base con la que se rondaba en los pueblos. Entre los de viento, los herederos de las chirimías árabes, incluida la dulzaina, y el pito. Considera el pito (el de caña que usaban los pastores) y la pandereta como los instrumentos más típicamente sorianos. Mención a parte merece el acordeón, cuenta la leyenda que invientado por un mecánico en Viena. Como era pequeño, una nota suena al abrir y otra al cerrar. En Soria, se le conocía como ‘mete y saca’, el instrumento “más erótico del mundo”.

Un vida repleta de grupos musicales

Fernando ha formado parte de ‘Sierpos folk’ y ‘Zafra’ y, actualmente, de ‘Son de la Sierra’, ‘Sochantria’ y ‘Bardos, druidas y otras movidas’. Además, sigue tocando la dulzaina con los 'Gaiteros de Soria'. Aunque solo han realizado 6 actuaciones este verano, se muestran orgullosos de ser los únicos que solo llevan “dos dulzainas y tambor”, como manda la tradición de la provincia.