La experiencia y la calidad de Frutas Marín, que lleva cuarenta años vendiendo su fruta y verdura por los pueblos de toda la provincia, vuelve a la capital soriana, con cambio generacional.
Después de más de una década, Frutas Marín vuelve a tener una tienda en la capital soriana, concretamente en la calle Leales Aljubarrota, 1, el mismo local en el que otra veterana y conocida frutería -Almar- llevaba tres décadas y cerraba por jubilación. De esta forma, Juan Marcelo Marín da continuidad a una frutería, que ha sido un referente en Soria.
Y lo hace con una apuesta personal, joven y renovada, pero que ofrece la garantía de la profesionalidad de su familia, Frutas Marín, que lleva cuarenta años vendiendo fruta y verdura por toda la provincia. Antes lo hizo su padre Juan Antonio, y ahora el hijo Juan Marcelo. Es esta larga experiencia -precisamente- la que da al nuevo establecimiento de la calle Leales Aljubarrota una personalidad singular, ofreciendo el concepto de venta y la misma calidad que traslada a sus clientes de los pueblos sorianos, “que llevan con nosotros muchos años, desde que les vendía mi padre”, señala Marcelo.
“La venta ambulante aporta confianza a un cliente muy exigente, lo que me obliga a asegurar cierta calidad. En los pueblos se come muy bien, quieren producto bueno, con sabor”, añade. Por eso, Frutas Marín es muy consciente de esa responsabilidad, y se muestra especialmente satisfecho de la fidelidad de sus clientes, por toda la provincia.
Precisamente, eso quiere Marcelo para su nueva frutería de Soria, que abrió sus puertas el pasado 18 de septiembre, hace dos meses. Desea que el vecino y comprador se encuentre cómodo, con confianza, como en casa. El orden, la colocación y la presencia de los productos ayudan, así como el trato que ofrecen los dependientes. “No engañamos con el género. Me gusta mucho trabajar con la fruta y verdura de temporada, con productos de terreno, de calidad. El mejor consejo que doy al cliente es que prueben lo que les ofrezco”, señala Juan Marín.
Aunque trabaja con Mercamadrid, “porque ahí encuentras de todo y con mucha calidad, y es lo que luego va a otros mercados de distribución, como el de Zaragoza”, explica Marcelo, también tiene otros proveedores de proximidad en Calatayud y Aragón, en La Rioja o en Toledo. “La huerta de Toledo todavía es muy desconocida, porque se queda en Madrid, pero es muy buena”, apunta. Por supuesto, también vende producto soriano cuando puede. Por ejemplo, en el momento de hacer este reportaje, Marcelo estaba pendiente de recibir borraja de Los Rábanos.
El responsable de Frutas Marín afirma que el soriano come mucha fruta y verdura, aunque matiza que la tendencia es a comprar menos, bien sea porque cambian los hábitos o por el precio.
El consumo de fruta también está condicionado por el cambio climático. No hay una peor calidad, indica Marcelo, lo que ocurre es que su maduración maneja otros tiempos. Debería haber hecho más frío, lo que provocará que los cítricos de Levante tarden en coger azúcar y llegarán a las tiendas más tarde. Las peras de conferencia están madurando más de quince días antes. La manzana también debería estar más verde... El consumidor tendrá que adaptarse a estas circunstancias climáticas, concluye. “Cuando abrimos a mediados de septiembre, que es tiempo de embotar, ya no quedaba el tomate de pera habitual, y el pimiento apenas duró quince días, porque empezó a llover. Las cosas han cambiado. Estamos a finales de octubre, y todavía tenemos melocotón nacional. Ahora hay dos temporadas de fresas, cuando antes solo había en primavera”, explica.
Pero a pesar de las diferentes circunstancias, Marcelo sigue apostando por la calidad, por encima de otras dificultades, y a unos precios muy competitivos, gracias a la gestión de compras que hace: “Ahora, la logística de los proveedores resulta clave”. Por eso, “muchos hosteleros de cercanía confían en nuestros servicios y productos”.
El nuevo relevo generacional de Frutas Marín, Marcelo, no había dirigido su camino profesional, inicialmente, hacia el negocio familiar. De hecho, estaba trabajando en Madrid, entre ordenadores, en el departamento de gestión de control de una multinacional de ingeniería del agua. Llevaba 6 años en Madrid, donde había estudiado ADE (Administración y Dirección de Empresas).
Pero se jubiló su padre y no se lo pensó. “En Soria se vive mejor que en Madrid, y lo de vender fruta lo llevo dentro, es lo que he visto de siempre, toda la vida. Desde los 12 años pasaba los veranos en la furgoneta con mi padre, recorriendo los pueblos. Era lo que más me apetecía, estar con mi padre, porque -además- le veía poco”.
Marcelo volvió a Soria para hacerse cargo del negocio ambulante de venta de fruta. Más de mil kilómetros recorre cada semana, para llevar la mejor fruta y verdura a los pueblos de la provincia. “Una tarea muy dura, que requiere mucho tiempo”, subraya. Por eso, aunque su padre había tenido una frutería hace años en la capital, muy cerca de la ubicación actual, no se había planteado abrir una. De hecho, su padre la dejó porque no podía compatibilizar la venta por los pueblos y atender la tienda.
Sin embargo, el destino se cruzó en su camino, y surgió la oportunidad de coger el local de la frutería Almar, que traspasaban. Después de hablar con su familia, Marcelo decidió quedarse con la tienda. Sin duda, ganan los sorianos, que pueden contar con un frutero de confianza, al igual que cientos de familias del medio rural provincial.
Desde luego, ganas e ilusión no le faltan a Marcelo, y tradición familiar en el sector, tampoco. Cree que la fruta y las verduras siempre van a ser unos productos básicos de la alimentación sana y del menú de los sorianos y de los españoles. “Hay cultura de consumirlos, y más ahora que está muy de moda el mundo de la cocina, y que despierta tanto interés”, remarca. No resulta fácil resaltar alguno de los productos más destacables de Frutas Marín, por la variedad y la selección que ofrece, siempre con una elegida calidad.
Sobresale la patata como uno de los productos estrella, con diferentes variedades, entre ellas la agria, que no es fácil encontrar. Vende más de 500-600 kilos a la semana en tienda, y no son pocos los establecimientos hosteleros que confían en la patata de Frutas Marín para sus fogones. También, se puede adquirir una manzana muy buena a un precio sin competencia. Y hay que destacar la verdura fresquísima que ofrece, que está teniendo mucha aceptación por su sabor.