¿Alguna vez has oído hablar de las películas de Hallmark? Son esas pelis americanas sobre el 'verdadero sentido de la Navidad' en las que siempre hay alguien que se muda de nuevo al pueblo y encuentra el amor verdadero entre luces de Navidad y chocolates calientes. Y en las que Klaus, el anciano entrañable de pelo blanco que ha ayudado al protagonista con todos sus problemas, resulta ser Papá Noel al final. Pues hoy vamos a disfrutar juntos de una de esas historias, sólo que en vez de Vermont o Minnesota, el escenario de esta película son los Pinares sorianos.
María trabaja en una multinacional maderera en Madrid. Su destacada trayectoria llama la atención del CEO, que le ofrece un puesto como asesora si encuentra trapos sucios de pequeños empresarios rurales para expandirse a un precio irrisorio, algo en lo que ella ya es una pro. ¿El problema? Esta vez el objetivo está en Covaleda, el pueblo que abandonó a los 18 años y sólo tiene dos meses, hasta Navidad, para conseguirlo.
Nuestra prota vuelve a Pinares, poniendo como excusa que le han despedido para no despertar sospechas, aunque los primeros días lo pasa fatal: odia el monte y echa de menos los matcha lattes. Además, se encuentra con Pedro, que no sólo es el dueño del aserradero familiar que se quiere quedar el CEO, sino que también es su ex, al que hizo ghosting cuando se fue a la universidad. Eso le complica las cosas muchísimo, por lo tenso que está todo entre ellos, pero ella se arrastra hasta que Pedro le da trabajo en su empresa.
El roce hace el cariño y en dos semanas el corazón de Pedro ha vuelto a latir por nuestra chica, y ya está compartiendo con ella sus problemas económicos y todo aquello que podría acabar con el negocio que heredó de su padre hace unos años. Lo que María no se imaginaba era que Pedro no era el único que se iba a volver a enamorar. Una noche especialmente romántica de nevada, María le confiesa que su sueño, antes de irse, era montar una cafetería-librería en la que servir bebidas con canela, y el pobre chico hasta le busca un local perfecto en la plaza. A María ya le come la culpa y está a punto de decirle la verdad, pero la cosa se complica aún más cuando llega su jefe en plan “ey, olvidona, ni dos besos ni ná” y le roba todos los documentos feos que tiene de Pedro.
Un día, mientras María se debate entre quedarse o volver a Madrid, Pedro llega a su casa con todos los documentos que le acaba de mandar el CEO, chantajeándole para quedarse con su aserradero. La chica intenta explicarse, pero Pedro no es tonto y María se convierte en la ghosteadora ghosteada. Tras muchos visionados de Orgullo y Prejuicio (2005) y una charla inspiradora con sus padres, María dimite y amenaza al CEO con hacer públicas sus prácticas turbias si no hace todo lo que le pida.
En Nochebuena, la cafetería-librería de María acaba de abrir y hay mucho hype en el pueblo. Pero Pedro prefiere trabajar y aprovechar sus últimos días en el aserradero. Total, iba a pasar la noche solo, sus padres hace muchos años que ya no están . De repente, le llega una transferencia misteriosa con el dinero exacto que necesita para salvar su empresa y entonces llaman a su puerta. Es María con un café con canela, disculpándose y confesándole su amor. Tras ella, decenas de amigos listos para pasar la Nochebuena con él. Pedro le da un beso a María mientras la nieve que cubre Covaleda forma la palabra 'FIN'.