Marina Marroquí: “hay que revisarse internamente a uno mismo para no trasmitir el machismo a los niños”

La periodista y feminista, Marina Marroquí, ha estado esta mañana de sábado, 13 de enero, en el espacio Concha de Marco del Centro Cultural Gaya Nuño.

Si bien, durante la tarde del viernes estuvo presentado su libro ‘Eso no es sexo’, hoy ha ofrecido la conferencia ‘Cómo construir una educación afectivo-sexual más allá del porno’, la cual ha reunido a 90 personas.

La charla ha comenzado preguntando a los asistentes si sabían cuál era el prototipo de los adolescentes respecto a su pareja ideal, teniendo en cuenta tanto los rasgos físicos como personales. Y, a pesar de haber hecho la misma pregunta en diferentes centros de toda España, las respuestas, por lo general, se repetían. Por parte de ellas, una de cada cuatro menores querían que fuese celoso, y una de cada dos que fuese chulo, con ojos verdes y alto. En el lado opuesto, ellos quieren que fuese tetona como primera característica, rubia, con ojos azules y divertida.

De aquí, Marroquí extraía que a esas edades ya se estaban estereotipando, pues en España la gran mayoría de la población tiene los ojos marrones. Lo cual, llevaba a que, si ya de por sí, la adolescencia es una etapa difícil en la que se intenta encajar, la situación se complica si tienen que entrar dentro de unos cánones de belleza marcados por la sociedad.

Ante esta situación afirma que “es importante contarles a las nuevas generaciones que se trata de una fase y que cuando se llega a los 18 años uno se empieza a gustar más”. Igualmente, asegura que “la consecuencia de encajar es que acabas mutilando tu personalidad”.

Durante la charla también ha hecho mención a un artículo de la revista Science de 2017 que demuestra que una niña a los 6 años se siente inferior intelectualmente a un niño de la misma edad. Esto, según ha indicado, se debe “al autoestima que se les construye, que es la consecuencia de lo que tu entorno opina de ti desde que naces hasta que alcanzas esa edad. A las mujeres se les crea un autoestima exterior, algo que beneficia de alguna forma a los demás, mientras que a los hombres se les crea un autoestima interior para reforzarles a ellos”.

Todo esto son machismos que llevamos dentro de nosotros y, para corregirlo y no trasmitirlo “hay que revisarse internamente a uno mismo para no trasmitir el machismo a los niños”.