García; el apellido que pasaba de madres a hijos

Verán, en España los apellidos patronímicos o propios españoles suelen finalizar declinando con la partícula (-ez) tales como son: Rodríguez, Fernández, Martínez, Pérez o López entre otros. Se trata de una antigua concordancia que su función en el lenguaje era la misma que la actual preposición “de”. Por ejemplo Rodríguez dicho de otro modo significaría -De Rodrigo-, etc.

Sorprende entonces que el apellido más numeroso entre los españoles sea el de García que curiosamente no posee esa particularidad. ¿Por qué? La explicación es fácil, García no se trataría como los antes mencionados de un apellido patronímico que “pasaba de los padres a los hijos” sino que sería un inadvertido apellido matronímico, es decir que “pasaba de las madres a los hijos”. Se preguntarán como puedo saberlo, empero la explicación todavía es más sencilla; la desinencia (-a) es tal como denominamos en español a los nombres que son de género femenino.

Lo explicaré mejor, esa particularidad era propia de los pueblos helenos: Cario, Licios y Cilicios de la Jonia euroasiática. De sus leyes, se decía que eran cretenses y en parte carias y que tenían cierto uso particular en el cual no se parecían al resto de los pueblos de su época y es el de tomar el apellido de sus madres y no el de sus padres; eran helenos sí pero orientales y levantinos (no lo que entendemos por griegos). Se decía que si se les preguntaba quiénes eran o de qué familia procedían, respondían dando el nombre de su madre o el de sus abuelas. Tanto la Liga Licia como la Panjonia constituyeron en su época la civilización más avanzada del Egeo, envidiada incluso por la sin igual Egipto. Apodados de “los pueblos del mar” tuvieron el poder marítimo del Mediterráneo gracias a su maestría en armar sus excepcionales embarcaciones.

Miren, regresando a nuestro país, el célebre historiador y geógrafo de la antigüedad Estrabón en su obra Geographica ubicó a los primeros castellanos situándolos en el área de Castellón y por otra fuente distinta conocemos que fueron los Cilicios de la antigua región de Antalya (actual Turquía) quienes plausiblemente fundaron ALBACETE y que a la región la llamaron con una sorprendente denominación: CELTIDE. ¡Sorprendente! Esto los sitúa en plena área de la castilla manchega y la dispersión de los García el primer lugar lo ocupa la ciudad de Albacete. A la zaga sigue Cuenca y se extiende por Guadalajara, Toledo, Salamanca, León, Ávila y Navarra, luego por toda la península.

Prestemos entonces atención al siguiente relato que nos provee en su Diccionario geográfico don Pascual Madoz que da como una hipótesis fiable que el topónimo Albacete y según don Bernardo Espinalt y García fue fundada por los cilicios que la denominaron Celtide. Y es que “cel/ti” no vendría de celta sino de la raíz ibérica-greca: cel “fervor”. En alguna ocasión habrán oído la palabra “cel/os” y en lo que nos ocupa fue un adjetivo acusativo para una comunidad que deseaba por encima de todo transmitir sus valores, ritos, folclor, costumbres y creencias con gran CEL/O.

Dicho en otras palabras, los “celtíberos” fueron señalados de pueblos ibéricos que eran fervorosos o digamos “celosos” de sus tradiciones y claro, ustedes querrán conocer también lo que significaba originalmente el apellido GARCIA en cuestión. Miren, si segmentamos GAR-CI-A vemos que la clave se encuentra en el verbo ibérico-greco /GAR/ “estar ancho”, literalmente GARCIA significa “la que es muy ancha” y en un sentido metafórico “la más grande” o incluso “la mejor”.