El coro de Fuentearmegil da un concierto improvisado a más de 10.000 metros de altura
El director de la agrupación cuenta a Soria Noticias que la idea surgió de manera improvisada y como agradecimiento a la tripulación del avión.
El coro de Fuentearmegil no deja de sorprender a todos. Si hace unos cuantos días cantaban en San Pedro del Vaticano, lo cual fue “una experiencia única”, ahora han fascinado con sus voces a todo un avión.
Y, es que, durante su vuelta desde Roma a Madrid, se dio un concierto completamente improvisado a más de 10.000 metro de altura. “No habíamos hablado nada”, asegura el director del coro, Héctor Díez.
La idea surgió porque “en el vuelo de ida, al bajar del avión, me estaba esperando el comandante para echarme una bronca cariñosa porque sabía que íbamos como pasajeros y al ser él de Burgos quería habernos hecho un saludo especial por megafonía”, afirma entre risas. “Eso sí, antes de embarcar sí que habíamos cantado en la T4 para todos los que estaban esperando a sus aviones”, añade.
La anécdota quedó ahí. Sin embargo, a la vuelta, en el trayecto de Roma a Madrid, tras hablar con las azafatas, las cuales algunas les conocían, se lo comentaron al piloto y “a mitad del vuelo nos trajeron unas bolsas con bombones. Cuando fui a repartirlos, se lo comenté a los cantantes, y tras decirle a las azafatas «que solo sabíamos dar las gracias de una forma» nos pusimos a cantar ‘Viento al norte’”, cuenta. La canción, al ser conocida, también animó a algunos de los pasajeros, quienes lo recibieron con gran alegría y sorpresa, a cantar junto al coro. “Muchos de ellos nos conocían porque nos habían visto en las noticias”, dice muy contento.
Y, aunque pueda parecer que al ser un sitio cerrado la acústica puede ser buena, la realidad fue otra, pues “como algunos estábamos delante y otros detrás, la distancia hizo que no se afinase mucho”. Aún así, fue una vía de relajación tras unas semanas de mucha tensión, ensayos, concentración y nervios, sobre todo para algunos de los miembros del grupo, pues era la primera vez que volaban.
Una experiencia única que alegró tanto a pasajeros como a tripulación y que finalizó con un agradecimiento por parte del comandante del avión, quien se sacó una foto junto a la agrupación.
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