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Desde la Catedral del Burgo de Osma al Escorial en Madrid: El eterno legado de las canteras de Espejón

Desde la Catedral del Burgo de Osma al Escorial en Madrid: El eterno legado de las canteras de Espejón

Actualizado 22/02/2024 11:16

En los recónditos parajes de Espejón, se hallan tres joyas naturales en forma de canteras. Enclavadas en la extensión de este pueblo soriano, situado en la región de Pinares y habitado por apenas 136 personas, estas canteras han sido fuente de materiales para la creación de monumentos y esculturas de gran relevancia a lo largo del tiempo. Sin embargo, la mala gestión y la llegada de la crisis económica a España en 2009 llevaron al cierre definitivo de las canteras.

Desde la cantera ubicada en el terreno de "Cabeza El Horno" hasta la que domina las vistas del horizonte del pueblo en la zona de “Cabeza Molino”, estas canteras han sido escenario de una danza ancestral entre el hombre y la roca. Pero es en la cantera de Jaspe donde la magia cobra vida, donde la piedra se viste de colores que van desde el dorado del amanecer hasta el carmesí del atardecer. Es aquí donde la piedra "jaspe", o "mármol rojo" como se le conoce, encuentra su morada, deslumbrando con su excepcional calidad. Sin embargo, está cantera está abandonada.

Cantera de jaspe abandonada, imagen cedida por Virginia García-Entero

Estas canteras, cuyos tesoros han alimentado la imaginación y la creatividad de artesanos y arquitectos, han otorgado a Espejón un lugar de distinción en la rica historia del arte y la construcción. Entre las variedades extraídas, destaca el famoso “jaspe”, popularmente conocido como “mármol rojo”, el cual destaca por su notable dureza y calidad excepcional. La excepcionalidad de este mármol, lo convirtió en el material predilecto para la creación de esculturas y monumentos emblemáticos como la Catedral de Toledo, la Catedral Del Burgo de Osma, la Granja de Segovia, El Escorial y el Palacio Real en Madrid o la majestuosa Catedral de Burgos entre otros destacados sitios. Además, la riqueza cromática de estas canteras es otro de sus atributos sobresalientes, abarcando tonalidades que van desde los ocres y amarillos hasta los rojos y granates de intensidad deslumbrante.

Las canteras de Espejón tienen una historia que se extiende a lo largo de siglos, desde tiempos antiguos hasta la era moderna. Su actividad comenzó en la época romana, con evidencias de extracción de piedra utilizada en la villa romana de Clunia Sulpicia, ubicada en la cercana localidad de Peñalba de Castro. Incluso se ha encontrado que las calizas de Espejón se utilizaron en la construcción del foro de Segobriga (Saelices, Cuenca) durante el reinado de Augusto, lo que demuestra la antigüedad de esta actividad.

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Durante la etapa de dominación romana en España, el mármol de Espejón tuvo una amplia distribución a lo largo de toda la Meseta Norte y parte de la Sur, siendo utilizado en varios sitios prominentes de la arquitectura romana en España.

En la ciudad de Complutum (actual Alcalá de Henares, Madrid), el mármol de Espejón se puede encontrar en la fachada monumental incorporada a la curia y en la basílica del foro, lo que resalta su importancia en la construcción de estructuras públicas y ceremoniales en esa época. En Asturica Augusta (hoy Astorga, León), también se utilizó este mármol en varios edificios, lo que indica su presencia en un contexto urbano y administrativo.

Además, recientemente y gracias a investigaciones llevadas a cabo por Virginia García - Entero, Yolanda Peña Cervantes y su equipo de profesionales de la UNED, se ha identificado la presencia del mármol de Espejón en Legio (León), donde se ha encontrado en un labrum que posiblemente esté vinculado a una de las termas públicas de la ciudad. Este descubrimiento es notable, ya que el labrum es la pieza de mayores dimensiones identificada hasta el momento para la época romana en esa área.

Incluso en el siglo V d.C., se utilizó el mármol de Espejón en una repavimentación puntual del teatro de Caesaraugusta (Zaragoza), lo que muestra su persistente valor y utilidad a lo largo de los siglos en la construcción y mantenimiento de estructuras importantes en toda la región.

Sin embargo, como las páginas de un libro antiguo, la historia de estas canteras también está marcada por momentos de altibajos. Tras el esplendor de la era romana, el paso de los siglos vio el declive de la extracción, hasta que en el siglo XVI resurgió con fuerza, siendo uno de los mármoles favoritos, primero en la época de los Austrias y después en el reinado de los Borbones, siendo declarada Cantera Real en 1748. Sin embargo, tuvo que enfrentarse nuevamente a la adversidad en tiempos modernos.

Época moderna

En el año 1995, se reavivó la explotación de las canteras, marcando un resurgimiento tras años de relativa inactividad. Sin embargo, este renacimiento estuvo marcado por una sucesión de cambios en la dirección de la cantera, que pasó por manos de varias empresas. Desde la pionera Exminsa, que identificó inicialmente el potencial del terreno, hasta la empresa Ureche Parador quien llevó a la empresa a concurso de acreedores en el año 2009 con cuarenta y seis trabajadores entre la cantera y la fábrica de mármol, sentenciando así las canteras a su cierre definitivo. Este suceso supuso un duro golpe para el pueblo de Espejón, donde muchos de sus habitantes encontraban sustento en estas veneradas minas. El impacto se extendió más allá de la esfera económica, afectando a los comercios y bares del pueblo, el cierre no solo marcó el fin de una era, sino también el inicio de un nuevo capítulo en la historia de Espejón. Para muchos habitantes, las canteras no solo fueron fuentes de trabajo, sino también pilares fundamentales en la economía y la vida cotidiana del pueblo. Actualmente las canteras pueden ser visitadas, gracias a la creación de un Centro de Recepción de Visitantes, ubicado en Espejón donde enseñan la historia de las canteras y como se ha trabajado el mármol a lo largo del tiempo.

Tras su cierre definitivo, se extrajo mármol esporádicamente para una empresa polaca y esta tarea la llevaron a cabo los Hermanos Gete de Santo Domingo de Silos una localidad vecina de la provincia de Burgos.

En la cúspide de su existencia, con medio centenar de trabajadores, las canteras de Espejón alcanzaron hazañas impresionantes, con la extracción de piedras de hasta 25 toneladas. Además, durante esta etapa de apogeo, operaban a pleno rendimiento, con hasta cinco camiones cargados de piedra saliendo diariamente. Este constante flujo de material evidenciaba la prominencia y la prosperidad alcanzada por la cantera, que había consolidado su posición como un referente en la industria.

A lo largo de los años de actividad de la cantera de mármol, numerosos trabajadores pasaron por sus instalaciones. Durante ese tiempo, se suscitaron numerosas anécdotas como la que compartía un veterano trabajador de la cantera, quien relataba con asombro cómo una enorme roca se desprendió y partió en dos la maquinaria, pero milagrosamente no ocasionó ningún daño personal. Esta historia ilustra la imprevisibilidad y la peligrosidad inherentes al trabajo en estas minas.

Bloques de piedra caliza

El sueño de un pueblo

El prestigio de la piedra extraída de Espejón se había elevado a niveles sin precedentes, otorgándole un sello de identidad distintivo en el mundo de la construcción y la arquitectura. La calidad y la belleza de esta piedra la convertían en una elección codiciada por arquitectos y constructores de renombre, lo que garantizaba su demanda y su relevancia en el mercado. La mayoría de la piedra extraída en la última etapa de vida de la cantera era trasladada fuera de España.

Los testimonios de los habitantes de Espejón revelan un anhelo profundo por el renacimiento de las canteras, ya que podría ser un rayo de esperanza para la revitalización económica y social de la región. La posibilidad de que estas canteras vuelvan a operar no solo sería motivo de alegría para la comunidad local, sino que también podría ejercer un atractivo para nuevos pobladores en búsqueda de oportunidades laborales y una conexión con la riqueza natural y cultural de la zona.

La cantera de Espejón ha forjado una reputación legendaria, dejando una marca indeleble en la historia local y en la industria minera española. Su legado perdura como testimonio del arduo trabajo y la dedicación de quienes labraron las piedras que adornaron ciudades y monumentos en todo el país. Hoy, las canteras de Espejón siguen siendo testigos silenciosos del devenir del tiempo, recordatorios de la grandeza y la fragilidad de la historia humana. Aunque ya no resuenen los golpes de los picos ni se vea el trajín de los trabajadores, su legado perdura en cada piedra y en cada rincón de este pequeño pueblo de Soria.

Más información sobre este y todos los rincones de ensueño que esconde la provincia de Soria, en la web ‘Soria ni te la imaginas’ de la Diputación Provincial.

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