Llega Marzo y 'Las Marzas', descubre esta tradición rural para dar la bienvenida a la primavera de Castilla La Vieja: Burgos, Soria, Santander...
Los mozos de Espejón cantando "Las Marzas"
Con la llegada del mes de marzo, se entona el canto de "Las Marzas". Antiguamente, este ritual se llevaba a cabo la noche que marcaba el inicio del mes de marzo. Sin embargo, debido a que esta tradición es llevada a cabo por los mozos del pueblo, la fecha ha sido trasladada al fin de semana. A pesar de este cambio, la llama de la tradición aún brilla en localidades como Espejón.
El canto de "Las Marzas" es una antigua tradición arraigada en la comunidad de Cantabria, y en las provincias de Burgos y la región limítrofe de Soria. Aunque varios pueblos como Espeja de San Marcelino, Santa María de las Hoyas y Zayuelas solían llevar a cabo esta costumbre, es en Espejón, un pintoresco pueblo soriano de apenas 136 habitantes, donde esta práctica ha perdurado hasta el presente.
"Las Marzas" son cantadas por los mozos de Espejón en dos grupos. Cada grupo entona una estrofa de la canción, posicionándose a una distancia considerable entre sí para poder escucharse mutuamente mientras recorren todas las calles del pueblo, a excepción de la última estrofa que la cantan al unísono todos juntos. Durante el cántico, los mozos, solicitan permiso a las autoridades para entonar el canto y, al mismo tiempo, llaman la atención de las mozas del pueblo. Luego, los versos recorren los meses desde marzo hasta octubre, evocando el paso del tiempo y las estaciones. Finalmente, el cántico concluye con una súplica de protección al Santo Ángel de la Guarda, buscando seguridad y amparo en la divinidad
La noche en que se lleva a cabo la tradición de "Las Marzas" en Espejón no solo marca el inicio del canto y la celebración cultural, sino que también señala el comienzo de los preparativos para las festividades en honor a la Virgen de Brezales. En esta noche especial, se lleva a cabo una importante ceremonia para determinar quiénes serán los alcaldes de la Peña El Mayo durante el año.
Previo al inicio del canto de "Las Marzas", y una vez realizada la cena, los mozos del pueblo participan en un proceso de votación. En este proceso, eligen a dos personas que serán proclamadas como alcaldes de la Peña El Mayo. Los dos candidatos más votados son los elegidos para ocupar este honorífico cargo, mientras que los dos siguientes en votación actuarán como suplentes en caso de que los alcaldes no puedan cumplir con sus responsabilidades durante las festividades.
Tras la elección de los alcaldes de la Peña El Mayo, se procede a la formación de dos grupos mediante un ritual localmente conocido como "hecho y desecho". Los alcaldes, en tiempos pasados, se posicionaban en las puntas opuestas de la mesa donde habían cenado, pero en la actualidad, este gesto se lleva a cabo en el suelo. Comienzan a avanzar hacia el centro, dando un paso tras otro y alternando entre decir "hecho" y "deshecho". Durante este avance, los alcaldes deben asegurarse de que sus pies encajen perfectamente en el espacio entre ellos. Si los pies se ajustan correctamente cuando se encuentran en el medio, el último en colocar el pie tiene el privilegio de comenzar a elegir a las personas para su grupo.
Sin embargo, si el espacio destinado para insertar el pie parece insuficiente, el alcalde que tenga el turno deberá pronunciar "monta y cabe". No obstante, esta expresión solo será aceptable si el pie se ajusta ligeramente sobre el del otro alcalde. En caso contrario, el juego deberá reiniciarse hasta que uno de los dos alcaldes logre la victoria y, por ende, tenga el privilegio de iniciar la selección de miembros para su grupo
Cuando llegan las doce de la noche, los mozos de Espejón recorren las calles del pueblo en los grupos ya formados, portando en otros tiempos porras para despertar a los vecinos, aunque actualmente han dejado atrás este antiguo recurso. En su lugar, entonan con entusiasmo la melodía de "Las Marzas", impregnando el aire nocturno con su encanto tradicional. Sin embargo, la travesura y la alegría juvenil aún están presentes en esta antigua práctica. Durante el recorrido de las calles del pueblo al son de “Las Marzas”, los mozos cometen alguna que otra travesura. Entre risas y complicidad, algunas cortinas pueden encontrarse misteriosamente tiradas en el suelo, o quizás algún elemento ingenioso colocado estratégicamente en medio de la calle, desafiando la monotonía del entorno urbano.
Letra de “Las Marzas”:
Pa cantar las marzas
licencia tenemos
licencia tenemos;
si las cantaremos
o las dejaremos
o las dejaremos.
Asomaros damas
a vuestras ventanas
a vuestras ventanas
si queréis oir
las marzas cantadas
las marzas cantadas.
Asomaros mozas
a vuestros balcones
si queréis oir
las conversaciones,
si queréis oir
las conversaciones.
Esta noche entra marzo
de la media noche abajo;
esta noche también entra
el Santo Angel de la Guarda
que nos libre y nos defienda
y nos favorezca el alma.
Sale marzo y entra abril,
pulidito le ví venir.
Sale abril y entra mayo
con flores en la mano.
Sale mayo y entra junio
con las hoces en el puño.
Sale junio y entra julio
segando muy a menudo.
Sale julio y entra agosto
con las pajas en el rostro.
Sale agosto y entra septiembre
unos trillen y otros siembren.
Sale septiembre y entra octubre
el mejor mes para bodas:
el vino vale barato
y las machorras están gordas.Octubre que lindo mes es este,
si para siempre durara
pan y vino no faltara.
Mes de mayo
mes de mayo,
mes de los grandes calores
cuando las cebadas granan
y los lirios echan flores.
Cuando los enamorados
andan en busca de amores.
Tengo yo tres pajarillos
que me cantan mis amores:
el uno es la tortolilla
que canta al rayar el día,
el otro es el ruiseñor,
que canta al salir el sol;
el otro es un pajarillo
de las aves la mejor,
que la mató un cazador
en la raya de Aragón.
Si lo hizo por la caza
caza le daría yo,
si lo hizo por la pluma
maladicha su fortuna.
A la mocita de arriba
que la manden levantar
que nos prepare los huevos
para mañana almorzar,
otro dos para esta noche
y otros dos para mañana,
y con esto se despide
el Santo Angel de la Guarda
que nos libre y nos defienda
y nos favorezca el alma.