Un año más, la Diócesis de Osma-Soria se unió a la peregrinación que cada mes de marzo lleva a miles de peregrinos hasta el Castillo de Javier, cuna de San Francisco de Javier, patrón de las misiones.
El sábado 16 de marzo y de la mano de la Delegación episcopal de infancia, juventud y universitaria, 350 peregrinos, entre ellos el Obispo, Mons. Abilio Martínez Varea, salieron en siete autobuses desde diferentes puntos de la provincia de Soria rumbo a tierras navarras. A las tres de la tarde, y después de haber visitado la iglesia de Santa María de Ujué, en la bonita localidad navarra de Ujué, los peregrinos sorianos, junto con miles de personas de distintos lugares de España, comenzaron a recorrer los ocho kilómetros que separan Sangüesa del castillo, rezando el Vía Crucis. A las cinco se celebró la misa en la explanada del castillo, presidida por el Arzobispo de Pamplona y Tudela, Mons. Florencio Roselló y concelebrada por numerosos obispos y sacerdotes.
Esta ha sido la segunda Javierada, que este año se celebra con el lema “Corazones en camino”, y en la que han participado cerca de 17.300 personas. La primera Javierada coincide siempre con el primer domingo entre el 4 y el 12 de marzo y la segunda, el sábado siguiente. Según la Delegación del Gobierno en Navarra, el peregrinaje se ha desarrollado sin incidentes, recibiendo la visita de 197 autobuses y 1860 turismos.
El antecedente primero de las Javieradas se remonta a la peregrinación organizada por la Diputación Foral de Navarra el 4 de marzo de 1886 en acción de gracias a San Francisco Javier por no sufrir la epidemia del cólera. Sin embargo, la primera Javierada oficial fue realizada el 10 de marzo de 1940, protagonizada por la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz.
Francisco de Jasso y Azpilicueta nació en el Castillo de Javier, Navarra, en 1506 y murió en la isla de Schangchuan, China, en 1552. Fue un misionero jesuita, miembro del grupo fundacional de la Compañía de Jesús y estrecho colaborador de su fundador, San Ignacio de Loyola. Su vocación misionera le llevó a evangelizar al oriente asiático y Japón. Recibió el sobrenombre de Apóstol de las Indias y está considerado el patrón de las Misiones.