Entra en vigor el horario de verano que se mantendrá hasta el 31 de marzo.
Aunque de verano poco, y de primavera se puede decir lo mismo, esta madrugada de domingo entrará en vigor el horario estival. Ello significa que los relojes deberán ser adelantados a las 02:00 horas, con lo que a las dos serán las tres. Supone también una hora menos de sueño o, en su caso, acudir a descansar antes de lo que venimos haciendo, con el fin de ir compensando el cambio.
El nuevo horario estará vigente hasta el 31 de octubre, cuando habrá que retrasar las manillas en esa ocasión a las 03:00, por lo que a las tres serán las dos.
Este cambio obedece a la directiva europea para aprovechar la luz solar, si bien existen opiniones a favor y en contra del establecimiento horario ya que la respuesta a la cuestión del ahorro de energía no es sencilla y depende de diversos factores.
Así, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), afirma que el cambio de hora puede generar un ahorro del 5% en iluminación, lo que equivale a unos 300 millones de euros. Sin embargo, otros estudios en Europa y Estados Unidos muestran que el efecto del cambio de hora en el ahorro de energía es mínimo o incluso inexistente.
Los defensores de esta medida consideran que supone un aprovechamiento de la luz natural, porque al adelantar una hora el reloj aumenta la iluminación solar por la tarde, lo que reduce la necesidad de encender luces artificiales.
Por su parte, los detractores observan que se produce un mayor consumo por la mañana, que ya que las personas se despiertan y encienden las luces antes de que salga el sol. En este mismo lado, hay quienes afirman que puede tener un impacto negativo en la salud, como la alteración del sueño o la fatiga. En lo económico, el ahorro de energía puede verse compensado por los costes asociados al cambio, como la pérdida de productividad o el aumento de los accidentes de tráfico.
La decisión de mantener o eliminar el cambio de horario de verano es compleja y debe tener en cuenta diversos aspectos, no solo el ahorro de energía. España ha previsto que la medida se mantendrá vigente, en principio, hasta 2026.