La localidad de Espeja de San Marcelino pone buena cara al mal tiempo.
Orillares, localidad agregada al municipio de Espeja de San Marcelino, pingaba su mayo este sábado en una jornada comenzaba a las nueve de la mañana con moscatel y pastas. Viendo el temporal que llegaba, los participantes colocaron un toldo en el chozo para el almuerzo y poder tomar fuerzas en las condiciones adecuadas para afrontar la faena.
Entrados en faena, los vecinos acudieron a cortar los mayos, uno infatil y otro para adultos, midiendo este último casi veinte metros y medio, una altura que es la segunda mayor que se recuerda en el pueblo.
Trasladados los árboles ya talados, se procedió a izar el ejemplar de adultos, pero en mitad de la labor comenzó un temporal acompañado de granizo, lluvia y nieve. Condiciones climatológicas que no amendrentaron a los presentes, que consiguieron pingar el mayo en cuestión.
Y tras la tempestad, la calma, y también las viandas. Unos 80 comensales degustaron de una suculenta alubiada para cerrar el día con charanga, con la labor bien cumplida.