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Las tranquilas calzadas interiores de la provincia y su bajo tránsito de vehículos ofrecen el mejor argumento para viajar por unos paisajes despejados, con visibilidad, lo que facilita una conducción sosegada, tal y como se iba al volante antaño. Este es el hilo conductor que ha convocado, en El Burgo de Osma, a los cerca de cuarenta vehículos, cuatro de ellos motocicletas, en el II Rally de Centenarios, organizado por la Federación Española de Vehículos Antiguos (FEVA). El requisito fundamental para participar: el que cada unidad debía haber nacido antes del 31 de diciembre de 1924. De este modo, todas estas joyas de la automoción cuentan, al menos, con un siglo de existencia, mimada, eso sí, por sus propietarios. El más veterano, un Reanult de 1904, que ha podido ser contemplado en la plaza de Catedral junto con sus compañeros, si bien la intensa lluvia que ha caído durante la cita, a las siete de la tarde, ha llevado a acortar la exhibición.