En la historia del cuerpo, que este año celebra su bicentenario, hay numerosos hitos asociados a las provincias que conforman Castilla y León. Raúl Martínez Peña, Rafael Marcos Aranda y Miguel Ángel de Diego Ballesteros sobrevivieron a intentos de atentado de ETA, mientras que Arturo Ovejero, Celso Recio, Pablo Recio y Mario Recio son familiares de víctimas de la banda terrorista.
El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León ha acordado conceder a la Policía Nacional la Medalla en Defensa y Atención a las Víctimas del Terrorismo. La concesión se realiza a solicitud del Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, dependiente del área de Vicepresidencia, y al amparo de la Ley 4/2017 de 26 de septiembre de Reconocimiento y Atención a las víctimas de terrorismo de Castilla y León.
La resolución que justifica la Medalla de este año a la Policía Nacional reconoce a esta institución como la más antigua de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y valora especialmente su empeño en garantizar el bien y la seguridad pública. Asimismo, se destaca la entrega de 188 policías nacionales asesinados por actos terroristas, 43 de ellos nacidos en Castilla y León.
Hasta la fecha, esta modalidad de galardón se ha concedido en dos ocasiones. La primera sirvió para honrar al Comandante Juan José Aliste Fernández, en 2020, a título póstumo, por su testimonio incansable en la deslegitimación del terrorismo, especialmente dirigido a los jóvenes, y por su estímulo del movimiento asociativo en nuestra Comunidad. La segunda, otorgada el pasado año, tuvo como destinatario el Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil, por su contribución a la lucha antiterrorista, a la protección de los derechos y libertades de las personas y a la preservación del orden constitucional, con la máxima entrega y ejemplar dedicación.
La Policía Nacional es la institución más antigua de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado con competencia en todo el territorio nacional, que ha ido evolucionando y adaptándose a los desafíos de cada época, siendo su principal función la de garantizar el bien y la seguridad pública, destacando sobremanera su desempeño en la respuesta contra las amenazas y agresiones a nuestro Estado de Derecho, y en especial, combatiendo el terrorismo.
El 25 de abril de 1981 es la fecha de fundación de la Escuela Nacional de Policía con sede en la ciudad de Ávila, donde han recibido instrucción más de 75.000 miembros de la Policía Nacional, convirtiéndose así en la institución de referencia en España donde se ha formado el 95% de los agentes actualmente en ejercicio. Integrado en dicha entidad y adscrito a efectos académicos a la Universidad de Salamanca, se encuentra el Centro Universitario de Formación de la Policía Nacional (CUFPN) donde se imparten los estudios superiores al personal policial.
Más recientemente, el 20 de marzo de 2015 fue inaugurado el Centro de Estudios Históricos de la Policía Nacional «Rafael del Río» en la ciudad de Palencia, donde se custodia el material histórico y documental más importante de la Policía Nacional generado durante los últimos dos siglos.
La dedicación de esta medalla a la Policía Nacional se encarna en todos sus integrantes: pasados, presentes y futuros, con mayor afecto y reconocimiento -si cabe- hacia quienes dieron su vida por nuestra convivencia. Una distinción que rememora de forma singular la entrega de los 188 policías nacionales asesinados por actos terroristas, 43 de ellos nacidos en Castilla y León.
El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León también ha acordado hoy conceder la Medallas a las Víctimas del terrorismo a siete personas de Castilla y León quienes, o son víctimas directas de atentados o familiares de asesinados o heridos por ETA. La concesión se realiza, igualmente, a propuesta del Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, dependiente del área de Vicepresidencia.
El objetivo de las medallas es reafirmar el compromiso del Gobierno autonómico con las víctimas mediante un reconocimiento público y una manifestación expresa de apoyo. “Todo ello en el deseo de no olvidar su dolor, acompañarlos permanentemente, y de hacerles llegar el sentir común en recuerdo de su sacrificio en favor de toda la sociedad de Castilla y León!”, según indica el acuerdo. Las distinciones de este año van dirigidas a Raúl Martínez Peña, Rafael Marcos Aranda, Miguel Ángel de Diego Ballesteros, Arturo Ovejero Díaz y a Celso Recio García, Pablo Recio Juan y Mario Recio Juan.
Tenía 41 años cuando sufrió el atentado perpetrado por la banda terrorista ETA en la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Burgos, del que resultó afortunadamente ileso. El atentado provocó lesiones de diversa consideración a 145 personas, entre residentes de la casa y personas del entorno. En total resultaron heridos 41 niños, 38 mujeres y 22 hombres. Raúl Martínez Peña ha sido 11 años presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro de Burgos. Actualmente es concejal electo en el Ayuntamiento de Burgos.
Todos ellos son familiares de Eugenio Recio García, asesinado a la edad de 51 años por la banda terrorista ETA en Santurce (Vizcaya) el 18 de junio de 1985. Celso Recio García es su hijo. Pablo y Mario Recio Juan son sus nietos.
Eugenio estaba casado y tenía seis hijos, con edades comprendidas entre los 9 y los 19 años. Llevaba 26 años en la Guardia Civil, los 18 últimos destinado en Vizcaya. Eugenio había solicitado formalmente su traslado a Salamanca, pero el asesinato impidió que se cumpliese su deseo.
Rafael es natural del municipio vasco de Balmaseda (Vizcaya) y fue concejal del Ayuntamiento del Valle de Mena, en la provincia de Burgos, durante ocho años, entre 1991-1999, periodo durante el que fue objeto de varios intentos de asesinato. Tras un último intento fallido de acabar con su vida, y con sólo 30 años, Rafael decidió abandonar España y trasladarse al extranjero donde residió durante siete años, antes de regresar a su país natal.
Rafael ha sido presidente de la Asociación para la Resolución de Conflictos y la Cooperación (ARCO). Tiene una amplia trayectoria en el ámbito académico y en diversos organismos internacionales, habiendo actuado como experto en resolución de conflictos para Naciones Unidas. Actualmente es Director del Instituto Internacional de Ciencias del Comportamiento (INCICOM) e investigador en la Universidad de Salamanca.
Arturo Ovejero Díaz es familiar de dos víctimas no mortales del atentado que ETA provocó el 22 de septiembre de 2008 en la Residencia Militar de Acción Social de Estudiantes de la Virgen del Puerto de Santoña, conocida popularmente como el Patronato. Arturo Ovejero es nieto de Benjamín Díaz Candanedo, e hijo de Nuria Díaz Pereira, ambos heridos en el suceso, en el que falleció el Brigada del Ejército de Tierra, José Luis Conde de la Cruz, de 46 años y natural de Pinilla de Ambroz (Segovia).
La explosión causó importantes daños materiales en las instalaciones y en los inmuebles colindantes, y acabó con la vida de José Luis Conde de la Cruz. Además, resultaron heridas 7 personas. Dos de ellas (Benjamín Díaz Candanedo y Nuria Díaz Pereira) ya recibieron hace dos años la Medalla a las Víctimas del Terrorismo de la Comunidad de Castilla y León. Hoy la recibe el nieto del primero e hijo de la segunda Arturo Ovejero Díaz.
El inspector del Gabinete de identificación, Miguel Ángel de Diego Ballesteros, salvó la vida en un atentado con coche bomba que explosionó cuando se encontraba realizando fotografías de la bomba tras los miembros de los EDEX que intentaban desactivarla. Esto ocurría el 24 de mayo de 1989 en Bilbao.
Miguel Ángel del Diego Ballesteros ingresó en la Escuela Superior de Policía en 1983. Su primer destino fue la Brigada de Policía Judicial de la Jefatura Superior de Bilbao. Posteriormente ocupó la Jefatura de las Brigadas de Policía Científica de Bilbao, Palencia y Valladolid. En el año 2011, tras ascender a Comisario fue nombrado Jefe Provincial de Operaciones en Castellón. En 2013 pasó a desarrollar su trabajo como Jefe de Servicio Operativo en la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Ya en 2015, ocupó la Jefatura de la Brigada de Policía Judicial de Valladolid.
Graduado en Criminología y Máster en Dirección Estratégica de la Seguridad Pública, ha recibido diversas condecoraciones y recompensas: Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo, Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco y Cruz al Mérito de la guardia Civil con distintivo blanco, entre otras.