El presidente de la Diputación de Soria y su homólogo de la provincia andaluza suscriben un convenio para aprovechar los recursos de los montes malagueños también bajo la confianza de la fundación soriana como expertos en construcción industrializada con madera y en bioeconomía forestal.
Hoy jueves, el presidente de la Diputación de Soria y presidente de la Fundación Cesefor, Benito Serrano, y su homólogo en la institución provincial de Málaga, Francisco Salado, han suscrito un protocolo general de actuación para el crecimiento de la bioeconomía forestal y el futuro del medio rural en la provincia andaluza. Este acuerdo permitirá la capacitación del tejido emprendedor malagueño en la industria de la construcción con madera, así como realizar un diagnóstico sobre bioeconomía forestal en la provincia que promueva la sostenibilidad, la innovación y la investigación en todas las áreas productivas, priorizando la conexión entre los entornos rurales y urbanos, la educación ambiental y la lucha contra el cambio climático.
Ambas instituciones trabajarán de forma conjunta para impulsar la gestión forestal y el aprovechamiento de todos los recursos endógenos que generan los montes malagueños, facilitando el desarrollo rural sostenible, apostando por la economía circular verde, la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad del territorio, y poniendo el foco en las comarcas que sufren los efectos de la despoblación, en alianza con el tercer sector y la empresa privada.
El protocolo de actuación general que hoy ratificado surge de una visita que en febrero realizó una delegación malagueña encabezada por la vicepresidenta de Ciudadanía y Equilibrio Territorial y diputada de Innovación Social y Despoblamiento de la Diputación de Málaga, Antonia Ledesma, acompañada por los alcaldes de Benarrabá, Silvestre Barroso; de Cortes de la Frontera, José Antonio Zurera; y de Yunquera, José María Rodríguez, a las instalaciones de la Fundación Cesefor en Soria.
Como es sabido Cesefor es una fundación sin ánimo de lucro, con sede en Soria, con más de 20 años de trayectoria en la puesta en valor de los productos forestales y de sus industrias afines. Está regida por un patronato, presidido por la Diputación de Soria, en el que están representados todos los agentes del medio rural de Castilla y León. Entre ellos, la Universidad de Valladolid o la Federación de las Asociaciones Forestales de Castilla y León, FAFCYLE y que cuenta con la Junta de Castilla y León como su principal aliado.
Cesefor aportará a la provincia de Málaga su experiencia en varios campos como expertos en construcción industrializada con madera y en bioeconomía forestal, especialmente en el uso y transformación de la resina o la poda, recursos con mucho potencial en Málaga.
“Este encuentro entre instituciones no solo como presidente de Cesefor también de la Diputación de Soria es un ejemplo de cómo la cooperación interinstitucional puede generar beneficios tangibles para ambas provincias”, ha afirmado Serrano.
“Este acuerdo con la Diputación de Málaga refuerza nuestra determinación de seguir apostando por un modelo de desarrollo rural que priorice la sostenibilidad y el bienestar en nuestra tierra. Creemos firmemente que la bioeconomía forestal puede ser un motor de crecimiento no solo para nuestra economía local, sino también para el turismo, un sector vital para ambas provincias”, ha añadido. Asimismo, ha resaltado el compromiso de compartir conocimientos y a tender la mano a la Diputación de Málaga no solo desde la Fundación Cesefor, también desde la Diputación de Soria para intercambiar buenas prácticas y desarrollar proyectos conjuntos en beneficio de las personas.
El protocolo de actuación, que tiene una vigencia de cuatro años, también trabajará con otros aprovechamientos forestales como la castaña, el piñón, la micología o la biomasa.
Según el presidente de la Diputación de Málaga, “los recursos endógenos de los montes están infrautilizados y desprotegidos” y en este sentido la bioeconomía forestal pone énfasis en prevenir la deforestación, en reforestar tierras agrícolas abandonadas y zonas degradadas y en la prevención de incendios.
Además, está vista como una de las posibles soluciones a algunos problemas sociales como la despoblación, el desempleo juvenil o la desintegración del tejido económico en las zonas rurales. La madera es un recurso renovable que se puede cultivar y se adapta a la escala humana ya que tarda pocos años en regenerarse.
El dirigente malagueño ha incidido en que es necesario modernizar tecnológicamente los sectores tradicionales y crear puestos de trabajo atractivos para los emprendedores locales. “Y, para ello, confiamos en la Fundación Cesefor porque tienen experiencia en la transferencia tecnológica, en el apoyo al emprendimiento mediante formación especializada, en la dotación de recursos en biotecnología forestal, tecnología de la madera y en la digitalización de los procesos productivos”, ha señalado.
Entre los epígrafes del protocolo general de actuación para la consecución de los objetivos destacan la investigación e innovación en el sector forestal, el diseño y mejora de productos y procesos, el impulso al desarrollo empresarial con asesoramiento a empresas existentes y apoyando la creación de nuevas iniciativas, las actuaciones en sectores claves de la bioeconomía como el Urbanismo Verde, la Biotecnología o la Certificación Forestal o desarrollar un ecosistema de entidades sociales y empresas de innovación en bioeconomía forestal, entre otros, con el propósito de apoyar un desarrollo rural con impacto positivo y sostenible.
Para velar por el correcto desarrollo del protocolo y las necesidades que puedan surgir en la implementación del mismo, se constituirá una Comisión de Seguimiento, con composición paritaria formada por representantes de cada una de las administraciones firmantes, las cuales, establecerán de común acuerdo las normas relativas a su funcionamiento.
Salado ha explicado que en España todavía queda mucho por hacer en el sector de la bioeconomía forestal, puesto que es el tercero del mundo en superficie forestal de Europa pero ocupa el octavo puesto en aprovechamiento de la madera. Un sector que en 2022 generó a nivel nacional 130.000 empleos en la industria de la primera y segunda transformación y otros 80.000 más en los montes ibéricos.
Por su parte, Málaga está entre los primeros puestos del ranking de las provincias más montañosas del país. Un total de trece localidades superan los 700 metros de altura sobre el nivel del mar. Cuenta con una masa arbórea importante que va desde la Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, pasando por el Parque Natural Montes de Málaga, el Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, el Arco Calizo Central y el Parque Natural de la Sierra de la Grazalema, que en su parte más occidental pertenece a la Serranía de Ronda, “así que se pueden hacer una idea de nuestro potencial desaprovechado”, ha enfatizado.