Cerca de 5.000 personas han participado en la Jamscout 2024 que dio comienzo en Covaleda el pasado domingo. Después de una intensa semana, abren su corazón a Soria Noticias para contarnos qué hace tan especial esta experiencia.
Con un día de emociones a flor de piel llegaban a su fin los 7 días más intensos del año para más de 4.000 scouts llegados principalmente de España, pero también de Hong Kong, Francia, Italia, Países Bajos, Qatar o Rumanía. Una experiencia inolvidable para ellos y todos los monitores, trabajadores y voluntarios que les han acompañado en la Jamscout de 2024 que ha tenido lugar en el paraje del Raso de la Nava y que ha hecho que la población de Covaleda se triplique de un día para otro.
En la tarde del sábado tenía lugar el acto de clausura, compuesto por una Eucaristía oficiada por el obispo de Osma-Soria para todos los jammers, la última cena en convivencia y una fiesta en la que la euforia todavía no dejaba paso a las lágrimas. El gesto más repetido eran los abrazos y Marta, llegada de La Rioja, tiene claro por qué: “Son días muy intensos, conoces a muchísima gente muy maja y merece la pena cada momento”.
Con lo que se quedaría Ángel, también riojano, de toda esta experiencia, es con la gente que ha conocido, procedente de distintas partes de España y con las que ya se ha asegurado de mantener el contacto por Instagram. Ahora tiene muchas visitas pendientes que le mantendrán ocupado hasta el año que viene, aunque para algunos reencuentros el viaje tendrá que ser más largo si quieren llegar hata Italia. Para Ángel, en campamentos así “aprendes que hay que saber abrirse a los demás, porque al final hay gente que tiene gustos muy parecidos”. Marta y él son scouts desde 2017 y la joven puntualiza desde la experiencia que a veces no es ni siquiera necesario compartir gustos para hacer amigos, a veces también importa poder “complementarse”.
A lo largo de toda esta semana han vivido de todo, incluida la victoria de España en la Eurocopa. “Estábamos viendo todos juntos la final y justo antes de que España marcara el segundo gol me había ido al baño, pero oí a todo el mundo gritar gol y me volví corriendo a celebrarlo con ellos”, cuenta Gabriel, de Guadalajara. Esta era la primera jam del alcarreño después de un año como scout. Venía con su amigo Alejandro, también de Guadalara, que tenía muchas ganas de repetir en una jam: “es una oportunidad única en la vida.
Gabriel reconoce que no todo el mundo entiende bien lo que significa ser scout y que incluso algunos de sus amigos piensan "que es una tontería, que es para niños que no saben vivir la vida". Por eso, manda un mensaje a todos aquellos que todavía no se han atrevido a sumarse a una experiencia así: "Es muy divertido, nos lo pasamos genial, todos los fines de semana tienes algo que hacer y es una oportunidad muy importante". Paula, de Madrid, scout desde los 6 años y ahora responsable de un grupo de castores cree que más que prejuicios, se enfrentan a desconocimiento, sobre todo en España. "Cuando dicen que eres scout te preguntan que qué es eso, hay que hacer un poco de labor educativa", detalla.
Los responsables de grupo son indispensables para el correcto funcionamiento de los scouts. Muchos han pasado por todas las fases, entrando con 6 años como 'castores', ascendiendo a 'lobatos', 'exploradores' y 'pioneros' y aventurándose como educadores después de 3 o 5 años como 'rutas', igual que hizo Paula hace 4 años. "No me puedo imaginar la vida sin ser scout", destaca. Cree que esta gran familia le ha aportado tanto que es difícil de explicar. Y no solo por lo que ha aprendido a nivel de "autonomía, convivencia, gestión de grupos y personas o recursos humanos y materiales", sino porque "mis amigos y mi círculo cercano son todos scouts, no solo de Madrid, de toda España y el mundo entero y eso es algo precioso".
La labor de seguir conociendo gente nueva se complica ahora que tiene a un grupo de niños a su cargo. Pero eso no quita que disfrute al máximo de sus niños y de experiencias como esta, en las que ejerce de "figura adulta, de referencia y sobre todo de confianza". "Durante todo el año te ganas su respeto y saben que quieres lo mejor para ellos y cuando llegamos al campa sí que hacemos un poco de labor de madre, padre, familia o figura que abraza un montón, pero sobre todo estamos con ellos y queremos que estén a gusto", explica. Después de 20 años como scout considera que lo mejor de los campamentos es "cuando estamos con los niños riéndonos y se ve que todo el mundo se lo está pasando bien".
Miguel Ángel, uno de los coordinadores, reconoce que organizar un evento para albergar a 5.000 personas es todo un reto. Más de un año y medio de trabajo de preparación han dado sus frutos y lo reconoce: "estamos muy contentos". Esta es la segunda vez que los scouts organizan un evento así en España. "La última fue hace 7 años, no tienen una periodicidad concreta, pero el movimiento tiene claro que cada cierto tiempo es de interés organizar un evento nacional", subraya. El Raso de la Nava ha sido el emplazamiento perfecto, con una ubicación ideal para visitar emblemáticos parajes como la Laguna Negra o la Sierra de Urbión, en los que los scouts han podido hacer marchas y actividades estos días, e incluso desplazarse hasta Burgos o La Rioja.
El final del campamento, aunque muy temido, también es un momento que aprecian -aunque no anhelan- muchos campistas, que tienen ganas de recuperar algunas de las comodidades que tienen en casa. Aunque Ángel asegura que “al estar aquí pasándotelo tan bien no piensas en lo que dejas allí”, Marta lo tiene claro: tiene ganas de recuperar su ducha calentita.
Después de un viaje con más o menos éxito a objetos perdidos, los scouts tenían que recoger esta mañanalas últimas tiendas que quedaban en pie y dejar escapar alguna que otra lágrima de buena mañana. La aventura de hoy era subirse a un autobús y despedirse de la localidad pinariega, diciendo adiós a amigos que serán eternos, recuerdos y anécdotas inolvidables y algún que otro amor de verano, aunque eso, nadie se ha atrevido a confirmarlo.