Miles de personas se reúnen ante la llamada del Duero, en el Festival Enclave de Agua 2024 que dio comienzo ayer jueves en la capital. Buen ambiente, paraje espectacular, música, calor, artesanía, gastronomía y mucha cerveza. Hablamos con los turistas que acuden al festival este año.
El verano está lleno de diferentes festivales que surgen por toda España, unos que llevan ya varios años y otros que han nacido hace poco. Casi todos cuentan con un listado de grupos que se repite de manera recurrente, pero hay festivales diferentes que, simplemente, por el hecho de serlo, triunfan. Si preguntamos a cualquier persona qué es lo que le ha llevado a desplazarse para vivir un festival, la respuesta suele ser porque le gusta un grupo de música. Pero, ¿y si hay un festival en el que la mayoría de la gente no conoce a los grupos...?
Soria es una provincia a la que la mayoría de gente no iría de festival, pero ha querido darse a conocer con este certamen de música afroamericana en el que el año pasado hubo una afluencia de 35.000 personas. Es una celebración en la que el cartel cuenta con artistas internacionales pero poco comerciales. La gente que acude suele ser bastante alternativa, dando mucho color con la ropa que utilizan y muchas de las mujeres suelen llevar rastas en el pelo. La cerveza y el vino suele ser clave también en este festival.
El Enclave de Agua 2024 cuenta con un ambientazo y es gratuito (financiado por el Ayuntamiento de Soria, con un presupuesto de 130.000 euros, de los cuales al menos 50.000 corren a cargo de los patrocinadores). Estas son las razones principales por las que la gente acude. Lleva 17 años realizándose y cada edición consigue una mayor afluencia de gente. Soria Noticias ha bajado al Sotoplaya a ver cómo viven los forasteros el festival que acuden a la capital. Las furgonetas son algo muy destacable dentro del recinto, mucha de la gente viene y duerme en ellas, cada año más gente, ya que el camping se llena de una manera impresionante y los hoteles están a rebosar de gente y con un precio muy elevado, alcanzando los 300€ por noche. Ana, ha venido desde Sabadell solo para estar la noche del jueves , “llevamos aquí desde el martes para coger un buen sitio a la sombra con la furgo”, manifiesta. De todas formas, lleva viniendo unos 8-10 años, no de manera consecutiva pero sí es una persona que frecuenta el festival.
Andrea y Paco son una pareja que viene desde Madrid y van a estar en el festival los tres días que dura, siendo este su primer año. Han venido porque se lo han recomendado, y este año -por fin- han tenido la oportunidad de librar en sus trabajos para poder venir. Así les ha pasado también a Jose y Yoli, que llegan desde Barcelona, pero tienen aquí unos amigos que llevan viniendo más de cinco años y por ende se lo han recomendado. “Nos gusta mucho el entorno, es súper chulo, no he visto nada igual”, dice Yoli. El paraje del Soto Playa es uno de los más bonitos que los turistas han visto nunca, todos ellos concuerdan con esto, “es muy buen entorno, además está muy bien ambientado”, apunta Jose.
El Enclave es amistad. Elisa, Rebeca y Gemma son tres amigas, dos de Madrid y una de Extremadura. Rebeca lleva 17 años viniendo, mientras que Elisa y Gemma es el primer año que vienen a disfrutar del festival. Ninguna de las tres conocen a los artistas invitados, solo se los han puesto un rato en el coche mientras venían. Rebeca, la veterana, anteriormente trabajaba en el festival, pero los últimos cinco años ha venido sin conocer a nadie del cartel. “Este festival es increíble y encima lo pinto demasiado bien para que vengan”, afirma. Ninguno de los forasteros conoce a nadie del cartel, pero todos estan de acuerdo en que, sin conocer a nadie, es la forma de ir a los festivales, después, ya los conoces.
El festival es amor. Casper es un chico de Holanda que lleva ya dos años viniendo al festival, su pareja vive aquí y suele venir a verla cuando coincide el Enclave de Agua, ya que a pesar de no conocer a nadie del cartel (solo conoce a uno de los chicos que tocan en el Soria Jazz, del vermú) le gusta la música, así como también disfruta de la naturaleza y de la buena comida. “La gente debería pagar por esto”, dice.
La edad no importa en la música. Chus, Julia y José Luis son unos amigos ´maduritos´ que acuden desde Navarra, siendo su primer año y estando aquí los tres días del festival. No son muy aficionados pero “nos gusta mucho el Jazz y el Soul. El vermú ha sido muy chulo”, comenta uno de ellos. Conocían amigas que habían venido y les habían dicho que había un ambiente muy bueno, con gente de todas las edades y con un entorno ideal. “El festival es maravilloso, la cultura da imaginación, es un buen alimento y hay que promocionarla, al igual que la música”, afirma Chus. Destacaron el servicio de autobuses proporcionado por el Ayuntamiento de Soria, “es una iniciativa muy buena, ya que hay que potenciar el servicio público y a nuestra edad viene genial”.
El festival es todo lo que quieras que sea: música, amor, amistad, comida, vegetación…, pero, sobre todo, buen ambiente y un montón de actividades para disfrutar en compañía de quien prefieras.