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Las mujeres que harán historia en Covaleda: trajes nuevos para unos gigantes únicos

Las mujeres que harán historia en Covaleda: trajes nuevos para unos gigantes únicos

Actualizado 29/07/2024 11:35

Las Amas de Casa de Covaleda enfrentan días intensos. En turnos de mañana y tarde, elaboran nuevos trajes para los gigantes del pueblo. Figuras de más de tres metros y casi 70 años que son todo un símbolo para la localidad y se reconocen a nivel nacional por su porte y belleza.

Covaleda tiene un auténtico tesoro con su Asociación de Amas de Casa. Esto lo sabe todo el pueblo, pero lo que no se imagina ninguno de sus vecinos es lo que se fragua, desde hace aproximadamente tres semanas, en el interior de su sede. Allí bailan las telas, corre el hilo y saltan los alfileres y agujas de una mano a otra. Con una precisión casi milimétrica se corta y se cose; por momentos también se contiene la respiración. La concentración es máxima porque la misión es trascendental: los gigantes del pueblo necesitan nuevos trajes y no los podía hacer cualquiera.

El encargo se oficializó hace poco más de un año, durante las fiestas de San Quirico y Santa Julita de 2023. Olga García, la presidenta de la Asociación de Amas de Casa de Covaleda, recuerda cómo Carlos Llorente, el teniente de alcalde del municipio, le trasladó este favor tan sumamente especial ante el deterioro de las vestimentas de los que son todo un símbolo de la localidad.

Cuando consiguió recuperarse del susto, llegó "la responsabilidad ante tal encargo". Olga García sabía que no podía negarse, pero necesitaban de alguien que conociese el arte de la costura y dirigiese el barco. "Carmen Romero, que nos da el taller de trajes regionales, era la persona idónea", expresa García. Con ella en el proyecto, se desató la ilusión por conseguir abrir bocas y dar un nuevo esplendor a figuras que están a punto de cumplir los 70 años y son reconocidas a nivel nacional por su porte y belleza.

Telas únicas

Una vez que todas las amas de casa fueron conscientes de lo que se avecinaba, tocó poner los pies en el suelo y comenzar a trabajar para llegar a tiempo. En un primer momento se intentó no desechar los trajes antiguos. Se trata de dos prendas que guardan "una importante historia", pero el deterioro era tal que conservarlos resultó imposible. Había que empezar desde cero, un viaje de más kilómetros, pero que resultaría mucho más enriquecedor.

García reconoce que la "réplica" de los antiguos, fue en un primer momento la idea de todas las socias. No convenció, estas figuras requerían "un toque de innovación" que les permitiese "lucir preciosas" durante, como mínimo, "otros 70 años". Se inició entonces una compleja labor de investigación para localizar tejidos a la altura.

Una "aventura" para lo que no servía internet. "Lo intentamos, pero cuando pensábamos que habíamos encontrado la tela perfecta llegaba una muestra y nos decepcionaba", refiere García. Se convencieron de que "necesitábamos tocar las telas, sentir su peso...", y tocó salir de la provincia para dar con ellas. Finalmente se compraron en Zaragoza y sí, "son caras", porque un gigante "no se puede disfrazar, se tiene que vestir", significa la presidenta de la asociación.

Máximo esfuerzo contrarreloj

Olga García y Carmen Romero se encargaron de realizar los patrones para "dejar todo hilvanado antes de que llegasen las telas. El estómago de todas las socias comenzó a agarrotarse por los nervios al transcurrir los días sin tener material para cortar o pespuntar. Todos se soltaron hace aproximadamente un mes, cuando los tejidos "más espectaculares que pudimos encontrar" se descargaron en el corazón de Pinares.

Desde entonces se hace patente cada día el coraje y la determinación que caracterizan a las mujeres de este municipio. Todas a una para cumplir con la misión. Ocho corazones que laten al ritmo de las puntadas en turnos de mañana y tarde. "Somos pocas, pero todas están muy comprometidas", refiere García, que agradece "el esfuerzo" de unas mujeres que han renunciado a parte del verano, a muchos chapuzones en la piscina y a valiosos minutos con hijos y nietos.

Las socias aseguran que "hay tiempo para todo" porque "con organización se puede tener todo atendido y no renunciar a nada". Hablan Jacinta Abad, secretaria de la asociación, María del Pino Yagüe, Cristina Mediavilla, Olga Sanz, Rosa Tejedor y la propia Carmen Romero. Para ellas, esto más que un trabajo "es un regalo" y es que "la ilusión mueve el mundo". Aunque haya tardes que les dan las 21:00h y se resientan las rodillas, expresan estar "emocionadas y mucho más activas".

"Como el traje de la novia"

Todas ellas sueñan con el próximo 9 de agosto. Esa mañana se vestirá a los gigantes de Covaleda con trajes de estreno y completamente artesanales. El trabajo ya está avanzado, pero el lector no encontrará ningún detalle sobre ellos en este artículo. El secreto es absoluto y solo las costureras saben cómo avanza el proyecto.

Del taller no ha salido "ni una sola foto" de las labores. Se guarda la sorpresa del mismo modo que una novia custodia su vestido y nadie exige conocer más. "En el pueblo confían y valoran mucho lo que estamos haciendo, reconocen nuestro trabajo", cuenta Olga García, que es optimista respecto a las reacciones: "Tenemos una gran responsabilidad, pero creemos que quedarán encantados".

Ellas también concluirán de esta forma una labor tan especial. "Hemos empleado mucho tiempo, pero hemos ganado más. Lo invertido en el taller no tiene precio por todo lo compartido y las conversaciones que nos llevamos en la mochila", añade la presidenta de la sociación. Se sienten pagadas y, por ello, solo piden una cosa al Ayuntamiento: "Que guarden con mucho cariño estos trajes, no se pueden estropear".

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