Este mes os abro mi corazón para explicaros mi gran pasión, la música de Taylor Swift, y os cuento cómo es vivir un concierto del Eras Tour y algunas de las polémicas que han rodeado esta mediática gira.
Hace 15 años mini Itziar se enamoró por triplicado de una rubia de rizos, voz angelical y talento lírico incomparable, pensando que eran tres rubias de rizos distintas -sin juzgar, porfi, que Internet no era lo que es ahora-. El primer flechazo fue en ‘Hannah Montana: La Película’, cuando apareció cantando ‘Crazier’; el segundo, después de que ‘Love Story’ se convirtiera en estrella de los intermedios de Disney Channel; y el tercero, al oír ‘Forever and Always’ de fondo en los edits de Chuck y Blair de Gossip Girl. Y cuando esa pequeña Itziar se dio cuenta de que todas las rubias eran la misma, Taylor Swift, se convirtió en una OG swiftie, algo que todavía me acompaña.
Todos estamos destinados a encontrar a un artista que nos hable directamente al corazón, y Taylor ha sido mi compañera en los buenos y malos momentos. Así que al sobrevivir a la gran guerra de Ticketmaster y conseguir entradas para el Eras Tour en Edimburgo, supe que me había asegurado un boleto para la mejor noche de mi vida. Y así fue.
El 7 de junio disfruté en Murrayfield de tres horas y media de música sin parar, un repaso por 10 discos, sus ‘eras’ (tiene 11 álbumes, pero no incluyó el primero), con un descanso de dos minutos entre era y era. Más de 40 canciones acompañadas de un espectáculo visual increíble, con pulseras de luces, fuego, confeti y hasta pirotecnia, con un público volcado como guinda del pastel -lo reconozco, es un poco rollito de secta. Tiene que impactar ver a 70.000 personas haciendo de repente corazones con las manos a la vez si no sabes de qué va el tema-. Salvando las dos horas de cola para comprar merch carísimo, porque Taylor es artista y capitalista, la noche fue perfecta.
Llorar con tu amiga al escuchar en directo las canciones que han marcado tu vida no tiene precio. Bueno sí, pero lo merece. De la emoción, los nervios y las constantes lágrimes que se apoderaron de mí tengo algunas lagunas, pero también tengo al novio swiftie perfecto, que me lo grabó todo para que lo tuviera de recuerdo. Incluidas las canciones sorpresa, esas que cambian cada noche y que en mi caso fueron algunas de mis favoritas de toda su discografía.
Esta gira ha sido uno de los grandes eventos de la década, con millones de personas por todo el mundo haciendo pulseritas de la amistad para intercambiar en el concierto, y creatividad a raudales para diseñar el ‘look’ perfecto (yo me inspiré en la era 'Lover' y me cosí casi 100 mariposas en la ropa).
Eso sí, el tour no ha estado exenta de polémica. Muchos han menospreciado la trayectoria de Taylor Swift, reduciendo al fandom entero al: “¿pero te pusiste pañales?”. Tendemos a desdeñar aquello que tiene un público mayoritariamente femenino -un debate para otro día-, pero es un error no ver que si una artista mueve a tanta gente, por algo será.
Citando a mi rubia favorita, aprovecha el momento y saboréalo. No dejes que nadie te arruine lo que más te gusta en el mundo, disfrútalo sin miedo a lo que puedan decir y deja que los demás hagan lo mismo.