Enrique Rubio desde Berlanga para Soria Noticias.
Si Ataúlfo, Recaredo o Recesvinto levantarán la cabeza seguramente se quedarían perplejos cuando llegasen a la escuela y nadie recordase sus nombres. Ni el de ellos ni el de ninguno de los otro treinta y tres reyes visigóticos que del siglo quinto al octavo reinaron en España y pasearon tan campantes por aulas en las que la pluralidad racial se limitaba a unas huchas con forma de cabezas de asiáticos o subsaharianos mientras sus nombres eran visibilizados con cuidada caligrafía en el blanco sobre negro de una tiza con la misma regia y magnánima figura con la que habían precedido a la ocupación musulmana de la península. Ellos, que fueron un imprescindible en la educación, así como muestra de excelencia cognitiva de muchas generaciones y ahora descansan en el olvido de la memoria hasta que la curiosidad o el estudio específico los rescata de la wikipedia.
Y es que los modelos educativos han cambiado de una manera drástica, del mismo modo que lo han hecho todos los demás estereotipos de que acompañan a los pupitres de madera para dos alumnos que todavía se guarda en muchas memorias. Los recuerdos y las memorias siempre son agradables, en tanto y cuanto no se convierten en pesadas losas que impiden avanzar al futuro.
Es una realidad que la nostalgia de un tiempo feliz siempre es gratificante y pocos recordaremos alguno mejor que el de cuando éramos niños. Este vuelve en las conversaciones de nuestros pueblos tanto por parte de retornados como pobladores y se ha sucedido durante estos pasados días de agosto y todavía sucederá durante estos de septiembre mientras como dicen los taurinos, el tiempo lo permita. Surgen nombres familiares de profesores y alumnos a modo de retahíla como la de los chindasvintos y compañía que tuvieron en su momento que aprender pero que suenan a chino a los niños que las escuchan del mismo modo que resultaban exóticos a los que los tuvieron que memorizar estos listados históricos.
Quizá para algunos al identificar los aprendizajes que tuvieron con los colegios de nuestros pueblos lleve a pensar que estos siguen vigentes, pero sinceramente nada tiene que ver con la realidad educativa que hoy en día vivimos con la reminiscencia de la memoria nostálgica que como todos los estereotipos no suele hacer favor ninguno. Los profesionales que hoy en día ejercen (aunque por desgracia en muchos casos sin vivir) en nuestros pueblos no tienen nada que envidiar a los que lo hacen en centros escolares densamente poblados. Siempre es necesario que la realidad y la calidad con la que se trabaja en nuestros centros de educación rurales se ponga en valor pero quizá mas aun en estos momentos en los que muchas veces la excelencia de la educación que se vertebra desde los Centros Rurales Agrupados no es conocida por muchos. No es cuestión de indagar demasiado para poder comprobar que el imparcial informe PISA y no tener que poner en manos de una opinión arbitraria para defender la educación que se imparte en el mundo rural.
Claramente Finlandia se erige como vencedor de este informe y si establecemos un paralelismo con nuestra provincia tenemos dos nexos que claramente nos unen, uno es la temperatura o más bien la fama de frio y el otro la condición de territorio escasamente poblado. Me van a permitir aquí que por los años de dedicación a la educación que he disfrutado no considere la temperatura como factor que altere esta ecuación. Quizá el índice de densidad poblacional no lo sea tampoco, pero a mi al menos me plantea dudas que esto no influya de manera positiva en los resultados. Creo que es un secreto bien guardado el alto nivel cultural que atesora nuestra provincia. Un territorio que sistemáticamente se ha dedicado a exportar licenciados y diplomados universitarios ya sea formados aquí o en otras provincias.
Pero volviendo a ese informe y la característica demográfica que vivimos, si tengo la firme convicción de que la libertad que se puede experimentar en nuestros ámbitos rurales es claramente potenciadora de la creatividad que tanto se valora para ser capaces después de resolver todo tipo de retos. Todo lo que ahora se llama capacitación multidisciplinar y que antes y ahora es simplemente tener un entorno abarcable para poder tener la independencia como un elemento más en la formación del individuo, favoreciendo que pueda pensar por si mismo y encontrar sus soluciones. Lo cual unido a la innovación en los usos de los recursos tecnológicos o en la tradición cercana en los analógicos nos genera lo que se dice por aquí desde hace muchos años, unos chiquillos “más espabilados que los ratones coloraos” y sin nada que envidiar en asimilación de contenidos a los de cualquier otro centro.
Pues por mucho que algunos piensen que en los pueblos seguimos aprendiendo los citados monarcas los mantenemos como recuerdo aulas tan bien conservadas como la de Bordecorex o dentro de la historia del manual escolar recopilada en el CEINCE de Berlanga de Duero. Aquí vamos a la vanguardia tanto educativa como en trato cercano como en la experimentación empírica que para los niños supone ayudar a los mayores, protegidos pero no aislados del mundo real