Retirada y tratamiento de amianto en las viviendas

Se ha demostrado que la exposición al amianto es responsable de enfermedades como la fibrosis pulmonar, placas pleurales, cáncer de pulmón o mesotelioma maligno intestinal. Es por ello que, en 2002, a través de una orden Ministerial española, se prohibió su uso en la construcción, un sector que lo utilizaba debido a que era muy agradecido para la elaboración de diferentes productos industriales, por tener unas fibras largas, resistentes y flexibles.

Y aunque, según la Asociación Española de Abastecimiento y Saneamiento (EAAS), no hay evidencias que demuestren que ingerir este producto en el agua sea peligroso, respirar sus fibras en grandes cantidades sí que conlleva problemas de salud.

Por eso, en caso de que nuestra vivienda cuente con este producto, es imprescindible retirarlo.

La empresa PLAM, dedicada a la construcción, albañilería, pinturas y reparaciones de edificios y obras, está certificada y especializada en tratar y retirar el amianto en diferentes actuaciones.

Entre ellas, se encuentra la intervención en tuberías de fibrocemento con amianto o los tejados de placa ondulada compuestas por fibrocementos con asbesto, estas últimas normalmente utilizadas en corrales de casas de campo, casetas, naves industriales e, incluso, patinillos de comunidades de vecinos.

Permisos

Al tratarse de un material altamente peligroso para la salud y de tener efectos nocivos para el medio ambiente, se estableció hace más de dos décadas, a nivel estatal y europeo, la obligación de eliminarlo y no utilizarlo en las construcciones o instalaciones que estén en contacto con personas o animales.

PLAM, en su tarea de llevar a cabo actuaciones de retirada de asbesto, cuenta con todas las autorizaciones necesarias expedidas por la autoridad competente en materia de Prevención de Riesgos Laborales y de Higiene y Seguridad en el Trabajo, y por los responsables en el ámbito medioambiental.

Tal es así, que dispone de un número de inscripción en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto (RERA) en Castilla y León, lo cual le autoriza a realizar operaciones a nivel autonómico, en las que sus trabajadores puedan estar expuestos a fibras de amianto o materiales que las contengan.

Esto convierte a la empresa en una de las pocas entidades autorizadas en Soria para manipular todo tipo de amianto, en sus diversas y posibles presentaciones y usos. A esto hay que añadirle que la empresa Sertego, acreditada a nivel nacional, elimina y trata los residuos en las condiciones que marca la normativa, dando a PLAM, en cada retirada, toda la documentación justificativa del transporte y gestión de cada cantidad de residuos en los documentos de control y seguridad de residuos peligrosos.

Cómo trabajan

Cuando un cliente se pone en contacto con PLAM para que se realice este tipo de trabajos, lo primero que hace la empresa es obtener información previa sobre los materiales o la antigüedad de las instalaciones. Todo, con el objeto de concluir si existe la posibilidad de exposición al amianto. Tras esta primera fase, los profesionales acuden in situ a las instalaciones y lugar de desempeño de la obra, para determinar en qué lugares puede haber presencia de este producto, para así valorar la posibilidad de ejecutar los trabajos solicitados en función del tipo de riesgo de exposición.

Después, miden los niveles de amianto mediante un equipo homologado. Para ello, se toman muestras y análisis, mediante un recuento de fibras, con detalle para su aplicación a la medida de la exposición personal y a mediciones de control ambiental del aire.

Si se verifica que los niveles se encuentran dentro de los límites establecidos, se planificarán las actuaciones pertinentes, así como la duración estimada de los trabajos. Si por el contrario estos límites se sobrepasan, será necesario realizar una limpieza y descontaminación previa antes de comenzar con los trabajos en sí.

Medidas preventivas

Mientras se está realizando la retirada de los restos de amianto encontrados, los trabajadores cubrirán las zonas de con el objetivo de facilitar la posterior limpieza y desinfección del lugar a tratar.

Una vez finalizadas las labores, el material, sin ser transportado del lugar en el que se ha extraído o encontrado, será embalado y protegido como residuo peligroso.

Este será almacenado en una zona delimitada y propiamente señalizada, para después realizar la solicitud de transporte y retirada. Para finalizar, una vez se retire, se repetirá la limpieza y la desinfección en profundidad para asegurar que no quedan restos potencialmente nocivos de amianto en el ambiente, pues el fin es asegurar que, tanto trabajadores como terceros, no se vean afectados. Unas medidas que se tomarán también durante todo el proceso de retirada, mediante la delimitación y señalización de la zona, así como la prohibición de entrada al recinto por personal ajeno a PLAM.

Unas medidas que son esenciales que las realicen expertos en esas labores para prevenir problemas de salud y medioambientales.

Contenido ofrecido por PLAM