Este pueblo de Soria lleva seis años sin poder beber agua del grifo

Fuentecantos se mantiene a la espera de disponer de agua corriente con garantías sanitarias ya que la nueva canalización, desde la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) de Garray, todavía no ha entrado en funcionamiento. Como se recordará, el acuífero que surtía al municipio mostró contaminantes por nitritos.

El alcalde, Ignacio Monforte no ha ocultado su malestar, como el resto del vecindario, ya que según ha reseñado, la obra está concluida. En referencia al Somacyl (Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León), el regidor ha observado que "algo están haciendo mal", y ha detallado que el proyecto no fue realizado de manera adecuada, y ha sido remitido en varias ocasiones a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), organismo que ha indicado incorrecciones sin que hayan sido subsanadas. Por ello, los permisos necesarios no han sido formalizados aún. La obra también comprendía ramales a Butrago y Fuentelsaz, "incluso Golmayo", si bien estas canalizaciones no han sido ejecutadas, según el responsable municipal de Fuentecantos.

El presupuesto contemplado rondaba los 750.000 euros y estaba dimensionado para 459 habitantes y un caudal medio diario de 136,31 metros cúbicos al día.

"Se están riendo de nosotros", ha lamentado Monforte. A mayores también, en la Diputación han indicado que se ha dejado de enviar agua ya que el sistema de cisterna que en su tiempo fue habilitado para el consumo de boca no cumple con las garantías sanitarias. "El agua no puede estar más de dos días ahí, porque el cloro se evapora y deja de ser potable", explica el alcalde, remitiéndose a indicaciones de Sanidad.

Monforte ha reseñado que durante esta legislatura el Ayuntamiento no ha abonado ninguna cantidad por las obras ya que todavía no hay suministro. Mientras, en la Delegación Territorial, han significado que para esta infraestructura "falta mucho por hacer" con lo que el servicio se mantiene sin efecto. Tampoco han avanzado plazos para la entrada en funcionamiento del mismo.

Así las cosas, los vecinos deben seguir adquiriendo el agua embotellada para el consumo, después de seis años sin poder beber de la que mana del grifo en sus domicilios.