Una Eucaristía presidida por el obispo y una comida de hermandad han cerrado las celebraciones que comenzaban con una peregrinación desde algunas parroquias de la capital. Monseñor Martínez Varea destacaba el lema “La Esperanza no defrauda” (Rom 5,5) con el que trabajará Osma-Soria durante este curso.
La Diócesis de Osma-Soria peregrinaba este sábado hoy hasta el Santuario de Nuestra Señora de Inodejo para abrir oficialmente el curso pastoral 2024-2025. Fieles diocesanos llegados de todos los puntos de la provincia se congregaban a la una del mediodía para celebrar una Eucaristía presidida por el obispo, Monseñor Abilio Martínez Varea, y concelebrada por un nutrido grupo de sacerdotes. La fiesta se ha cerrado con una comida fraternal en la que los asistentes han compartido un tiempo de fiesta y hermandad. Inodejo es el centro geográfico de la provincia de Soria y hoy se ha convertido en pulmón de la Diócesis para arrancar el curso.
En su homilía, el prelado oxomense-soriano ha destacado el lema elegido para este curso pastoral, 'La Esperanza no defrauda' (Romanos 5,5) que hace referencia al Jubileo 2025 convocado por el Papa Francisco. El prelado recordaba que el Santo Padre asegura que “la esperanza es una virtud teologal sin la que la vida cristiana no tendría ningún sentido”. También hizo referencia a la importancia del primer anuncio y la necesidad de ser discípulos misioneros. Además, no ha olvidado la pastoral vocacional y la necesidad de vivir la vida como una vocación en el sentido más amplio de la palabra.
Precisamente, con motivo del inicio del nuevo curso pastoral, monseñor Martínez Varea ha publicado una carta en la que ofrece algunas pinceladas de la programación pastoral para este año que se presentará oficialmente el 18 de septiembre en la iglesia de los Padres Franciscanos de Soria a las cinco y media de la tarde. El pastor diocesano destaca que “en continuidad con lo que ya hemos sembrado en los últimos años, conviene reiterar el interés prioritario por aspectos como la escucha, la formación, el diálogo y la corresponsabilidad, de nuevo señalados como ejes trasversales en nuestra programación”.
Al término de la celebración litúrgica, el Arciprestazgo de Soria obsequiaba a los presentes con un pequeño saco de trigo simbolizando las semillas de la esperanza. El cereal es regalo de un agricultor de Ontalvilla de Almazán y el envoltorio ha sido elaborado en la parroquia del Espíritu Santo, de Golmayo. La jornada concluía con una comida de hermandad en el salón contiguo a la ermita.