Churras y merinas

El pasado 2 de septiembre escuchábamos con indignación: «Hemos firmado un reconocimiento a una financiación singular como tienen otros territorios de España. [...] Quiero recordar que la primera… no financiación, fiscalidad diferenciada y singular que hay en este país, la tienen Teruel, Cuenca y Soria, y nadie puso el grito en el cielo».

Estas declaraciones las hizo la portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE, la burgalesa Esther Peña. Obviamente, desde Soria ¡YA! saltamos como un resorte. La secretaria general del PSOE de Burgos, una provincia vecina y hermana, mezcló churras con merinas para explicar un pacto con ERC que ni dentro de su partido se entiende. Tenían que salir al paso de un aprieto y se les ocurrió comparar huevos con castañas. Total, fuera de las tres provincias más despobladas de España nadie sabe lo que es esa “fiscalidad diferenciada y singular” que no existe.

Esta estrategia de tapar la financiación singular para Cataluña con los presuntos beneficios fiscales para Soria, Teruel y Cuenca se volvió en contra de la señora Peña y del PSOE. Durante unos días el foco mediático nacional se fijó en Soria, y fue entonces cuando pudimos explicar a todo el país la realidad de esa “fiscalidad diferenciada y singular”, es decir, la limosna de las ayudas para el funcionamiento de autónomos y empresas que la Comisión Europea autoriza para estas tres provincias por su despoblación.

Las palabras posteriores de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, refutando el bulo de su compañera de partido, no ayudaron a apagar el fuego que declaró Esther Peña. Tampoco las excusas con las que el diputado del PSOE de Soria, Luis Rey, intentó hacernos comulgar. Mezclaron conscientemente churras con merinas para confundir y desinformar a la ciudadanía por puro interés partidista.

Pero no son los únicos que intentan influir en la opinión pública lanzando bulos. El 16 de septiembre, la delegada de la Junta en Soria, Yolanda de Gregorio, nos presentó una realidad paralela que tampoco existe. Se hizo un Esther Peña. Porque, por mucho que manipule, el Plan Soria II tampoco tiene nada que ver con las ayudas al funcionamiento, esas de las que presume Mañueco, pero luego no aplica.

En definitiva, que unos y otros nos toman por idiotas.