La gente es agorera por naturaleza y más en el mundo del fútbol. A pesar del empate del Numancia en casa ante un rival de la zona baja hay que mantener la calma. Los rojillos marchan primeros, dejando grandes sensaciones en este comienzo de campaña. Eso sí, es necesario cambiar algunas cosas tras lo visto frente al Escobedo.
El Numancia sumó ayer un nuevo punto en su camino para ascender a Primera RFEF ante el Escobedo tras empatar a 1 en Los Pajaritos. ¿Qué sabor dejó este resultado? Es cierto que todos los aficionados rojillos, incluido un servidor, esperábamos que la escuadra de Aitor Calle sumará un nuevo triunfo este fin de semana.
Sin embargo, las imprecisiones en defensa de los primeros minutos y la falta de claridad en la segunda parte imposibilitaron esa victoria. No obstante, ni mucho menos hay que ver las cosas de negro. Tras ese resultado, numerosos seguidores numantinos ya han encendido todas las alarmas por un simple tropiezo.
Calma, esto es una carrera de fondo y el equipo ha dado suficientes razones para confiar en él. Invicto, primero con dos puntos de ventaja sobre el Pontevedra y un juego directo que ha reenganchado a la afición -prueba de ello son los más de 3000 espectadores que se reunieron ayer en el feudo numantino- son sus mejores avales.
Eso sí, ser prudentes no quita tener autocrítica. El Numancia no realizó ayer su mejor partido (aunque si alguien mereció ganar fue él) y debe cambiar algunas cosas.
Los rojillos empezaron muy mal el encuentro. Durante los primeros minutos, el Escobedo fue el que llevo la iniciativa del choque, aprovechándose de las indecisiones en defensa que tuvo el cuadro numantino. Con Laso y Moustapha como pareja de emergencia, los de Aitor Calle sufrieron en varias acciones. Sin ir muy lejos, el tanto de los cántabros vino en un fallo defensivo.
Por todo ello, el club debe aprovechar el mercado invernal para reforzar una zona en la que solo cuenta con tres centrales. Con la lesión de Diego Royo, Aitor Calle se está viendo obligado en las últimas jornadas en colocar a Moustapha en esa posición tras las molestias de Lucas Laso y de Óscar De Frutos.
Hablando del mediocentro senegalés, es fundamental que esté en el medio del campo. Rinde en el lugar del terreno de juego en el que lo pongan, pero el equipo lo echa mucho de menos cuando no está en la medular. Su posicionamiento y su físico lo convierten en el centrocampista más completo del equipo y en el nexo de unión perfecto entre ataque y defensa. La cualidad que mejor lo define es equilibrio.
Tras este inciso, volvemos al análisis del partido. El gol de los visitantes vino hasta bien al Numancia. Los rojillos despertaron y gozaron de numerosas ocasiones claras que tan solo el portero visitante y la madera evitaron que se convirtieran en gol. Sin embargo, Seguin, que, para mí, realizó su mejor partido con la elástica numantina, puso las tablas con un golazo desde fuera del área tras un saque de esquina.
Así, se llegó a un descanso que volvió a sentar mar a los locales, ya que les costó entrar a la segunda mitad. No obstante, el único conjunto que fue a por la victoria y que propuso algo sobre el terreno de juego fue el Numancia. Los rojillos tuvieron varias ocasiones, pero les faltó claridad en la zona de tres cuartos de campo. En esa dirección, cabe destacar que abusaron demasiado de los centros laterales.
De esa forma, se llegó a un final de partido en el que los rojillos se quedaron con un sabor agridulce. Mejorar las facetas en las que no se estuvo fino ayer es muy importante para continuar en la buena dinámica de este comienzo de temporada. ¡Qué nadie encienda ninguna alarma ni se deja llevar por el pesimismo! Todos hubiéramos firmado este comienzo de curso hace apenas tres meses.