Juan Carlos Rodrigo viajó a Valencia para ayudar a los afectados por la DANA y asegura que, aunque toda ayuda es bienvenida y necesaria, "se requiere un mando únco que organice voluntarios y donaciones". "Pude ver a personas afectadas porque no sabían cómo ser útiles", expresa.
Soria y los sorianos continúan demostrando que la solidaridad forma parte de su adn. Es difícil encontrar un rincón en la provincia que no esté recogiendo materiales para enviar a Valencia y son decenas las personas que están organizando viajes para movilizar todas estas aportaciones y llevarlas, sin intermediarios, a quienes más las necesitan.
Soria Noticias ha hablado con Juan Carlos Rodrigo, que acaba de regresar de Algemesí después de un intenso fin de semana en el que no solo han llevado productos de limpieza y de higiene personal, sino que han trabajado durante horas para hacer algo más practicables las calles de la localidad.
Todo surgió porque "un amigo mío tiene a sus hijas allí y, por lo tanto, contacto directo con las necesidades en la zona". Después de unos días de coordinación y tras ampliar el equipo, arrancaron el viernes pasado tres furgonetas y un todoterreno con dirección a Valencia. Iban "cargados de donaciones de cientos de particulares y varias empresas sorianas", refiere nuestro protagonista.
Llegaron sobre las 11:30 horas con el plan perfectamente definido. Descargaron los vehículos en una cochera de Algemesí y los ocho sorianos se repartieron en equipos de trabajo. "Unos ayudaban a limpiar calles, otros cargaron carretillas con materiales y las iban repartiendo por las casas y, por último, uno se quedaba en la cochera-almacén para tenerla en orden y agilizar todo el trabajo de los demás".
Juan Carlos Rodrigo afirma que los destrozos que provocaron las lluvias torrenciales en estos pueblos son "enormes". "Al llegar compruebas las dimensiones reales de la tragedia y es un auténtico desastre", señala. Han pasado dos semanas del fatídico 29 de octubre y "hay calles que ya van viendo la luz", pero en otras "todavía no se puede entrar a ayudar porque debe pasar primero el ejército a retirar los escombros más grandes".
Las historias personales le han tocado el alma porque "hay gente que lo ha perdido todo, hasta la documentación. Ahora no pueden pedir ayudas y dependen de la agilidad de su ayuntamiento para expedir certificados de empadronamiento", cuenta. Quizá por ello, también le sorprende que "son todos súper amables y están muy agradecidos". En Algemesí "todo fueron sonrisas al descubrir las cajas que enviaban desde el CRA El Valle, de Almarza, con dibujos de los niños", expresa Rodrigo.
Lo más necesario son "productos de higiene personal y productos de limpieza". También vienen muy bien "los productos médicos, por ejemplo agua oxigenada y gasas, y los pañales para niños y mayores", apunta. Además de todo esto, sin duda son más que importantes la empatía y las ganas de trabajar, pues "se llega allí a las 9 de la mañana y no se para de trabajar hasta que se va el sol".
Todo esto está llegando gracias a la solidaridad desbordante de todo el país, pero hay otro aspecto que depende de más arriba. Juan Carlos Rodrigo asegura que "he visto bastante descontrol entre los voluntarios" y considera que "debería existir alguien que coordine su trabajo y sus aportaciones". Lamenta que, ante la ausencia de alguien al mando, "había personas desanimadas porque no sabían cómo ser útiles".
Eso sí, también aconseja a los voluntarios "organizar bien el viaje" si están dispuestos a llegar hasta el epicentro de los destrozos. "Nosotros éramos unos provilegiados porque teníamos la cochera en Algemesí y una casa en Cullera para dormir, pero si no tienes nada es mejor pensárselo o estudiar bien la logística", recomienda. En definitiva: "Tienes que descansar y comer para poder ayudar", añade.
Recuerda que no se puede acceder a los pueblos con los vehículos. Lo ve "algo lógico" que se ha impuesto para "evitar el caos" porque "de repente te viene un camión de la UME cargado de escombros, hay una motobomba en medio de la calle o cruza un voluntario con carretilla".
Para concluir, Juan Carlos Rodrigo confía en que "España no se olvide de Valencia" porque "esto no se va a solucionar en cinco meses". También espera que se aclare el baile de cifras, pues "los vecinos tienen la sensación de que se está jugando con los datos de fallecidos y desaparecidos, no les cuadra que los desaparecidos bajen de 1.200 a 34".