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En las tripas de la presa; conocemos los secretos del Embalse de la Cuerda Del Pozo

En las tripas de la presa; conocemos los secretos del Embalse de la Cuerda Del Pozo

Actualizado 14/11/2024 20:34

Generando un embalse de 70 km de costa, La Cuerda del Pozo resulta vital para controlar el cauce del Duero y garantizar el abastecimiento de agua a Soria, Aranda de Duero y Valladolid. Sus 5 trabajadores nos cuentan sus secretos: crecidas, controles y funcionamiento.


Apoyados en un amplio número de elementos de control, que van desde las arcaicas canalizaciones y niveles hasta los más modernos sensores, un grupo de cinco profesionales vigila de manera constante y presencial la presa de La Cuerda del Pozo. Gestionada por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), esta importante construcción en la cabecera del río supera los 80 años de vida y es vital para garantizar el abastecimiento de agua potable de, entre otras, Soria, Aranda de Duero o Valladolid.

Las cifras hablan por sí solas. La presa tiene una altura de 40 metros desde sus cimientos. Su longitud de coronación (la que atraviesa la carretera) es de 425 metros formada por 13 bloques de hormigón. Aunque la construcción hídrica no destaca con sus iguales por su tamaño, sí lo hace por su almacenaje.

Con sus numerosos brazos y lenguas, el embalse generado inunda una superficie que ronda las 2.200 hectáreas y genera casi 70 kilómetros de costa artificial. El dato no es menor porque eleva el impacto de la función recreativa, incide en la economía local y hace que esta presa soriana sea una de las más queridas por sus vecinos. Y es que no son pocos los rincones de España donde las presas cuentan con el rechazo frontal de la población local. Eso no sucede en Pinares y, en parte, es gracias a esa función recreativa que aúna deportes acuáticos, pesca, hostelería y, como no, baño. Pero la recreativa fue la última de las cuatro principales utilidades de la presa en ‘descubrirse’.

Antes, llegaría la generación de energía. Fue en los años 50 del pasado siglo cuando se construyó la central hidroeléctrica que, con una potencia de 7 MW, es una de las veinte que explota actualmente en España la empresa privada Renewable Power International (RPI). “Toda el agua que aprovechan para mover sus turbinas es porque nosotros la soltamos para otros fines”, explican orgullosos los trabajadores porque “podría no ser así”.

Esas otras finalidades son por las que la presa comenzó a construirse hace más de un siglo y las que aún hoy dan sentido a la misma: controlar y mantener el caudal ecológico del río Duero (evitando situaciones de estrés hídrico que en condiciones naturales podrían ser graves para el medio ambiente) y garantizar el abastecimiento de agua de boca y de riego río abajo.

Acumular agua durante el otoño y el invierno (evitando crecidas que podrían afectar a cultivos, ganados, industrias e incluso viviendas) y soltarla paulatinamente, en función de la demanda, en primavera y verano garantizando el riego y el abastecimiento humano y animal, continúa siendo el objetivo principal de la presa, sus trabajadores y la CHD.

La historia de la presa de Soria

Como una de las mayores obras de ingeniería civil que se han realizado nunca en la provincia de Soria, la presa de La Cuerda del Pozo atrae el interés de propios y extraños. Algunos tienen (tenemos) la suerte de conocerla por dentro acompañados de sus propios trabajadores. Son habituales las visitas de colegios de la provincia, de Burgos y hasta de Madrid, y también se preparan expediciones al interior del gigante de hormigón para aquellos que desean conocerlo bien por su vinculación con el territorio o bien por un interés académico o profesional.

En una de esas visitas se puede conocer que el proyecto comenzó en 1918, con las expropiaciones a los vecinos del pueblo de La Muedra. A ellos se les ofreció comprarles toda su hacienda en el entorno para que pudieran reiniciar su vida lejos de allí, pero muchos apostaron por Soria o por la vecina Vinuesa (donde en los últimos años se ha hecho un esfuerzo importante por mantener vivo este legado) para empezar de cero. La torre del campanario de su iglesia emerge de las aguas para recordarnos que nada se puede construir sin destruir otra cosa.

Los trabajadores de la presa también lo pasaron mal durante unas obras “muy complejas”, realizadas con unos sistemas y herramientas muy distintos a los actuales y expuestas a los avatares típicos y tristes de una cruenta Guerra Civil. Los documentos de la época refleja que “la gente prefería la cabra a la presa”, y no es de extrañar viendo que uno de los principales gastos eran en médicos, enfermeras, compensaciones y hasta pensiones de viudedad.

El inicio real de las obras fue en 1926 y su primer llenado e inauguración no llegaría hasta 1941. La presa está construida 100% en hormigón con piedra. La estructura recibe periódicamente inyecciones de hormigón pues el agua es poderosa y, poco a poco, va abriéndose camino. Son habituales y están perfectamente monitorizadas y controladas. La última se produjo en 2020 y es que la vida útil “se alarga mientras la infraestructura continúe siendo útil”, indica Alejandro Barriuso Mediavilla.

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A la derecha, Félix Esteban Pomar, uno de los técnicos que trabaja en la presa. Junto a él, María Jesús Lafuente Molinero y Alejandro Barriuso Mediavilla. FOTOS: MARÍA FERRER

Datos del embalse de la Cuerda del Pozo

Alejandro es el director técnico de la Confederación Hidrográfica del Duero y acompaña, junto a la soriana María Jesús Lafuente Molinero, presidenta actual de la CHD, y a los trabajadores de la presa a Soria Noticias en este recorrido. Juntos intercambian datos, recuerdan cómo han cambiado los sistemas de comunicación y control y comparten un sentimiento de orgullo por una presa casi centenaria pero que sigue muy viva.

“Los peores momentos son cuando se juntan acumulación de nieve, lluvia y subida de las temperaturas”, nos cuentan. Recuerdan la crecida de la Semana Santa de 2013 o la de San Valentín de 2016, aunque el margen es importante.

En esos episodios, la presa llegó a expulsar caudales de hasta 130 metros cúbicos por segundo en cada compuerta. Cantidades altísimas pero que están lejos de los 500 metros cúbicos por segundo que las tres compuertas de la presa (de 12 por 7 metros) pueden llegar a evacuar en caso de necesidad. El margen es importante porque, lógicamente, lo fundamental es que la presa siempre pueda ganar la batalla al agua.

El caudal de desagüe normal varía en función de la época del año, pudiendo ir de los 8-10 metros cúbicos por segundo del verano (que es la cantidad media dispuesta para abastecer todas las demandas agua abajo y mantener el caudal del Duero) a los 20-30 del invierno-primavera cuando la presa está en niveles máximos de almacenamiento.

Cuando los trabajadores prevén una salida de agua importante, son ellos mismos quienes avisan a los ganaderos para que tengan vigiladas a sus cabezas, aunque a partir de ciertos caudales se activan los protocolos. Con 35 metros cúbicos por segundo se emite una alerta oficial y con 75 una alarma que conlleva la constitución del Comité Permanente de la Comisión de Desembalse, formado por la presidenta de la CHD, la comisaria de Aguas, el director técnico y el jefe de Explotación.

Aunque la naturaleza es quien manda, para no llegar a esos extremos es fundamental un trabajo coordinado que va desde la AEMET, con sus “cada vez más precisas previsiones”, hasta los servicios técnicos de la CHD pasando, obviamente, por los 5 trabajadores que garantizan la presencia humana en la presa, para llevar a cabo las acciones necesarias, llegando al comportamiento de una mole de hormigón pensada hace más de un siglo para controlar el río Duero en su cabecera.

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No es el pantano, pero sí de la Cuerda del Pozo

Aunque popularmente todos los sorianos nos referimos a él como el pantano de La Cuerda del Pozo, esto es un error bastante común de nomenclatura. Un pantano es un “terreno hundido de fondo más o menos cenagoso y abundante vegetación, donde las aguas se estancan de forma natural” y, en este caso, hablamos de un estancamiento de agua provocado por el hombre. Sí es correcto denominarlo La Cuerda del Pozo porque aunque su nombre original era La Muedra se ha impuesto la fuerza de la cultura popular. Se llama cuerda a un tipo de formación rocosa como la que puede verse en la imagen y que, actualmente, se fusiona con la propia presa. A sus pies existía hace un siglo un pozo que convertía aquella roca escarpada y puntiaguda en ‘la cuerda del pozo’. De ahí, que su nombre oficial actualmente sea el embalse de La Cuerda del Pozo.

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