La vicepresidenta de la Junta, Isabel Blanco constata en el Grupo Interregional sobre el Futuro de la Industria Automotriz (Corai) del Comité Europeo de las Regiones el compromiso de Castilla y León con la movilidad sostenible, pero reivindica un cambio gradual, ordenado, realista, adecuado a las características de cada territorio y que no afecte negativamente al empleo y a la economía.
Hoy jueves, la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Isabel Blanco, ha intervenido en la reunión del Grupo Interregional sobre el Futuro de la Industria Automotriz (Corai) del Comité Europeo de las Regiones, en el que ha señalado el compromiso de la Comunidad con una transición del sector de la automoción justa, equitativa y ordenada hacia la movilidad sostenible y neutra en emisiones, de acuerdo con las líneas estratégicas de la Unión Europea.
En un territorio que ha calificado como referente para esta industria en cuanto a producción, exportaciones, facturación, cadena de valor y formación y que genera el 20 % de las fabricaciones a nivel nacional a través de 35.000 empleos y 150 proveedores, Blanco ha defendido que, si bien el vehículo eléctrico es un vector fundamental de cambio, no es el único, y la Junta apuesta por la convivencia de distintas tecnologías, como la híbrida o la basada en el uso de hidrógeno.
En un contexto internacional complejo por la escasez de materias primas y el consecuente encarecimiento de costes debido a diversos factores geopolíticos –conflictos en Ucrania y Próximo y Medio Oriente– y comerciales –la difícil competencia con los coches eléctricos chinos subvencionados–, se antoja indispensable transformar y proteger el modelo industrial automovilístico europeo.
No obstante, en este punto, la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León ha insistido en que el cambio ha de ser gradual, ordenado, realista y adaptado a las necesidades específicas de cada región para que ninguna se quede atrás, a las empresas que operan en ellas y a la demanda de los consumidores. Y ha hecho referencia a la necesidad de una mayor flexibilidad de la normativa de la Unión y, concretamente, del reglamento ‘Euro 7’ sobre emisiones de gases contaminantes de los vehículos a motor, ya que debe haber un proceso de transformación, pero no puede afectar negativamente al empleo ni a la economía.
En este sentido, Isabel Blanco ha reivindicado una herramienta de seguimiento y evaluación de impacto sólida para controlar el proceso que sea capaz de identificar los desafíos y las brechas que se puedan producir. De este modo, se podrán activar los mecanismos de apoyo correspondientes para los territorios o empresas que los precisen. Siguiendo esta misma línea, se antoja necesario, ha añadido, la aprobación de medidas financieras para hacer frente a todos estos retos y garantizar tanto la competitividad como los puestos de trabajo.
Los fondos ‘Next Generation EU’ pueden jugar un rol central, ha defendido. Pero, para ello, se deben elevar propuestas factibles desde el ‘Corai’ para que la Comisión lleve a cabo un proceso de adaptación de estos fondos al progresivo cambio de modelo. Sobre todo, en lo que se refiere a la formación y el reciclaje profesional de los trabajadores vinculados al sector de la automoción.
Para lograr todos estos objetivos, se debe continuar apostando por una colaboración constante no sólo entre las regiones, sino además con las partes interesadas de la industria y con el resto de las instituciones europeas. Pero también debe seguir profundizándose en el Diálogo Social, una seña de identidad de la Comunidad, ha destacado Isabel Blanco, para remar todos en la misma dirección.
Bajo estas premias, Castilla y León está preparada para abordar esa adaptación gradual y ordenada a la movilidad sostenible, ha concluido la vicepresidenta, lo cual es una gran oportunidad para la modernización del ecosistema industrial y la consolidación del sector autonómico en el mercado europeo.